Continúan fumigando a pocos metros de zonas residenciales

Martes//En las últimas semanas, varios vecinos denunciaron aplicaciones con agroquímicos que violan las distancias permitidas por la ordenanza. Los casos se repiten sin que existan todavía mecanismos de control.

A tres meses de aprobarse la ordenanza que limita las fumigaciones terrestres y prohíbe las aéreas, se repiten las denuncias de vecinos contra las aplicaciones con agroquímicos que se realizan a escasos metros de zonas pobladas. En las últimas semanas, EL CIVISMO recolectó violaciones a la norma en los barrios Ameghino y La Hostería, y también en la localidad de Carlos Keen. Las quejas fueron presentadas en la Municipalidad sin que hasta el momento existan respuestas que garanticen el cuidado de la salud pública, cuyo propósito fue el eje de la ordenanza aprobada por unanimidad el pasado mes de julio.
El miércoles 19 de octubre, cerca de las 17, una vecina de Carlos Keen comenzó a escuchar un ruido reiterado, acompañado por "un olor insoportable". La persona constató que un mosquito fumigaba un campo sobre la calle Aniceto Gutiérrez, "frente a las casas de vecinos, sobre la zona urbana del pueblo". El terreno alcanzado por el veneno está separado de las casas tan solo por una calle. En un escrito enviado a la Secretaría de Salud del Municipio, la vecina detalló que logró detener el trabajo del mosquito y advertirle a su conductor que la tarea violaba la ordenanza 5953: "Su reacción fue continuar con la actividad tóxica sin importarle lo comentado. Esta fumigación se encontraba sobre la zona de exclusión de los 500 metros para las fumigaciones terrestres. Con total impunidad, violando la ordenanza, continuaron durante una hora arrojando agrotóxicos".
La vecina, que acompañó la denuncia con imágenes fotográficas, informó a las autoridades municipales que "el chacarero que trabaja estas tierras es el señor Remersaro".  

ILEGALES

También se difundió lo ocurrido en el barrio Hostería San Antonio, ocurrido a mediados de septiembre del corriente año. Un integrante de la Asamblea Ambiental constató las denuncias de los vecinos de ese barrio. A diferencia de lo denunciado en Carlos Keen, se trató de una fumigación manual, prohibida en todas las zonas urbanas. "Se mantuvo conversación con el empleado fumigador, quien se encontraba sin protección a pesar de la actividad tóxica y mojado con el agroquímico. El empleado confirmó que el químico era glifosato", se transcribe en la nota.
El viernes de la semana pasada, en tanto, los mosquitos volvieron a fumigar en los fondos del barrio Ameghino, donde existe un campo de enormes dimensiones. En una recorrida por el lugar, algunos vecinos explicaron a este medio que al momento de registrarse la aplicación el lugar fue invadido por un fuerte olor, y que el viento arrastraba las gotas de veneno que se esparcían a escasos metros de viviendas. "Tratamos de parar la fumigación. Pero se burlaron de nosotros. Siguieron igual, como hacen siempre. Al día siguiente mi hija apareció toda brotada", dijo una vecina. En ese sector del barrio, como en otros puntos del partido, crece la preocupación por los efectos negativos a la salud que pueden generar las sustancias utilizadas.