El desarraigo como eje de historias

Miércoles//Con dos piezas breves, Destiempos de Héctor Levy-Daniel y Punto de viraje de Susana Torres Molina, ofrecidas el sábado, volvió a la actividad el elenco del grupo independiente dirigido por Liliana Motto.

Cargada de significados, la palabra exilio tiene hondas connotaciones en el mundo. Y el teatro, como testigo del tiempo y la historia, ha encontrado en distintos autores el germen para proyectar la cuestión, abordándolo desde diferentes puntos de vista. Ello en razón de que el exilio no debe entenderse sólo como un flujo migratorio por aspectos  políticos sino también sociales, religiosos o económicos, entre otros.
Fenómeno geográfico, lingüístico y social, pero más que nada psicológico, se ha escrito con razón que exiliarse en la misma lengua es "exiliarse un poco menos", mientras que hacerlo de la lengua materna representa alejarse de la propia historia, de la memoria familiar y colectiva, así como de la cultura donde cada uno se formó. Pero no puede omitirse que hay quienes se sienten exiliados sin abandonar su país y su cultura original, transformándose en individuos nostálgicos que añoran la vida pasada que, reconocen, han perdido.
A la larga lista de escritores europeos, norteamericanos y latinoamericanos que se hicieron eco del tema en diversos períodos, los argentinos tuvieron en el último golpe militar y la debacle económica de 2001, dos focos  y ejes para sumergirse en el tema. Algunos de los nombres que dejaron su visión fueron Héctor Levy-Daniel y Susana Torres Molina.
Destiempos y Punto de viraje, respectivamente, resultan en suma una aproximación y, puntualmente, una reflexión sobre la cuestión. Cada uno lo hace sumergiéndose en la realidad de un teatro propio y fundamentando su producto en la necesidad de desarrollar una línea estética que alcanza al texto y las imágenes tendientes a despertar en el espectador.

Dos realidades
Destiempos tiene un estilo casi cinematográfico en su compaginación, elaborada con "flashes" que van atrás y vuelven al presente. Es precisamente esa forma de escritura lo que da ritmo y valor a la pieza, con saltos temporales que como un rompecabezas, van dejando al descubierto lentamente el devenir de los dos únicos personajes, Ulises y Cora.
En una pequeña sucesión de breves monólogos, el espectador conocerá el ayer de ambos, el despertar del amor, la emoción del primer contacto sexual, el nacimiento de los hijos, pero también el dolor por la repentina necesidad de partir de él, sus deseos de volver y la inquietud y angustia de Cora por ese regreso que nunca llega.
En su búsqueda creativa, Susana Torres Molina lanza en Punto de viraje un extraño y doloroso texto que puede abordarse desde distintas perspectivas. En el interior de una pequeña embarcación se encuentra una pareja y un hombre recién llegado, mientras que los primeros dejan ver que viven allí desde hace tiempo. Lejos y cerca de la civilización, el trío se fundirá en un discurso de olvidos ni memorias, que el hombre intentará quebrar o destrabar para corroborar la verdad de su dolor.
Abierta a distintas lecturas, aún en su desenlace, la pieza deja ver al auditorio el sentimiento, las inseguridades y el compromiso de cada uno de los individuos que habitan la escena que, frente a sí, se debaten entre desafiar su destino o continuar viviendo omitiendo culpas o verdades.
Con diferentes títulos en su haber, Liliana Motto asumió una vez más las riendas de la dirección para mostrar un sólido trabajo, estructurando un espacio en el que vuelcan sus inquietudes histriónicas jóvenes actores del grupo.
Mínimos elementos en la primera de las piezas se erigieron de igual modo en importantes ejes para el desempeño de Virginia Punte y Marcos Paterlini, que manejan con sutileza los cambios de situaciones.
Tras un pequeño apagón, la pieza de Torres Molina volvió a contar con ambos sumando a Guillermo Turco como el hombre. Cada uno en su rol transmitió con intenciones sus vivencias, culpas y miedos, creando el clima tenso que requiere la obra.
Con breves toques de musicalización y diseño escenográfico de Milagros Suescun, el programa despertó el interés de la platea que reveló su aprobación con un sólido aplauso.