Gran presentación del musical Postales italianas

El sábado pasado, Mariela Passeri estrenó un espectáculo musical en el Teatro Municipal Trinidad Guevara. La acompañaron Francisco y Rodrigo Martínez Castro. El espectáculo consistió en la interpretación de temas clásicos de la música popular mediterránea.

El sábado pasado, Mariela Passeri presentó su show Postales Italianas. El evento se llevó a cabo en el Teatro Trinidad Guevara, a sala llena. Como de costumbre, la artista local sedujo al público por su confianza escénica y la eficacia interpretativa a la hora de cantar. Demostró ser, como se dice, una artista integral. Y exhibió, una vez más, su estilo propio.
El espectáculo es de primera calidad. Esto condice con la trayectoria de Passeri. Ha ganado dos Premios Hugo al Teatro Musical y, actualmente, está nominada como Mejor Actríz Protagónica, por su papel en Musical Off. A su vez, ha sido protagonista de reconocidas obras como Drácula y Forever Young. Integró los elencos de Mi bella dama, El joven Frankenstein, Mi nueva patria, Pimpinela y Por amor a Sandro.
Postales italianas constituye un recorrido por la música italiana de diferentes épocas y estilos, en un viaje sentido e íntimo. Parte de la propuesta proviene de los orígenes italianos de la artista. De hecho, hizo un agradecimiento final para su familia. Y agregó "Me encanta que sea una familia italiana".
El repertorio es ecléctico. El hilo conductor, por supuesto, es la procedencia italiana de los temas. Hubo algunas canzonettas napolitanas, una serenata romana, boleros, temas que han sido interpretados por Mina, Iva Zanicchi, Mia Martini, Milva, entre otros. Sumadas las piezas, articuladas por la cantante (y actriz), dieron como resultado un relato emotivo, que hizo aparecer la naturaleza típica de la canción popular mediterránea, con la nostalgia, el romanticismo y la picardía típicos, con el agregado del sello propio.
La música estuvo a cargo de Francisco y Rodrigo Martínez Castro. El primero se ocupó del piano; el segundo, de la flauta traversa, además de la guitarra, la mandolina, la percusión, e incluso, en un tema, tocó el piano, a cuatro manos, con su hermano. La ejecución de ellos es impecable, con arreglos muy sutiles. Participó también, como invitada, Soledad Marczewski (bandoneón).
La puesta escénica es de Julio César Fernández. La escenografía, de Maxi Vecco. En ambos casos, se trata del sencillo y justo acompañamiento de las interpretaciones de la cantante.
El espectáculo comenzó con el recitado de un fragmento de Anaïs Nin. Sirve para ilustrar la concepción global o el punto de partida de los artistas: "De no ser por la música, podríamos olvidarnos de la propia vida y nacer de nuevo, limpios de recuerdos. De no ser por la música, podríamos deambular por los mercados de Guatemala, por las nieves del Tibet, subir los peldaños de los templos hindúes; podríamos cambiar de costumbres, desprendernos de nuestras posesiones, no retener nada del pasado. Pero la música nos persigue con cierto aire familiar y el corazón ya no late en un bosque anónimo de latidos, ya no es un templo, un mercado, una calle como un decorado teatral, sino que se ha convertido en escenario de una crisis humana inexorablemente repetida en todos sus detalles, como si la música hubiese sido la propia partitura del drama y no su acompañamiento".
La música, entonces, autónoma, como un personaje de la historia, con un pasado latente. Por eso, en cierto modo, Postales italianas fue un homenaje al origen familiar de Passeri, en el que muchos también pudieron reflejarse. Así se explican varias lágrimas del público.
La artista concluyó así: "No puedo evitar, cada vez que me subo a este escenario, verme con catorce años —la primera vez que me subí—, y recordar una vocecita de esas que vienen quién sabe de dónde que me dijo: "de acá no me bajo más". Era un poco agrandada a los catorce, pero bueno, se ve que también soy tesorera". En efecto, cada una de las canciones que se escucharon el sábado tuvo la carga simbólica y emotiva de los objetos valiosos que ameritan ser atesorados. Passeri los recuperó y les dio vida con su voz, ´sta voce è mia, dijo.