Centro de Pescadores: un compromiso con la historia de Jáuregui

Con más de 50 años de vida, es la única entidad de la localidad que no surgió a partir de la iniciativa de Julio Steverlynck. Sus miembros relatan su historia, repasan sus actividades y convocan a los jóvenes a tomar la posta del recambio generacional.

Cuenta la historia que Ricardo Rende solía afirmar entre amigos que el Centro de Pescadores José María Jáuregui era "la única institución independiente del pueblo". Apoyaba su aseveración en el hecho de que la entidad no surgió a partir de la iniciativa de Julio Steverlynck, promotor incansable de la vida social de la localidad a partir de la década del ´30. Al margen de los méritos encomiables del industrial belga, la polémica por el origen fundacional de Jáuregui no parece admitir otro argumento que la labor decisiva de José María Jáuregui en el desarrollo temprano de la zona y la cesión de terrenos para la llegada del ferrocarril. Sin embargo, acaso aceptando la permanencia del debate, los miembros del Centro de Pescadores reafirman su compromiso con la historia: "Nuestra idea es mantener siempre el nombre original de la institución, que es José María Jáuregui, porque significa respetar lo que se hizo", señalaron.
La institución ubicada en España 245 lleva ya 52 años de vida en el medio local desde que fuera fundada en abril de 1962: "Un grupo de vecinos decidieron juntarse para hacer un club de pescadores. Como no tenían sede, empezaron reuniéndose en el Club Flandria, que está acá al lado. Al poquito tiempo surgió la posibilidad de comprar un lote donde había una casita y ahí se empezó a levantar el centro", explicó su tesorero, Alberto Sonaglia. Naturalmente, "era una época en que todavía se pescaba en el río Luján. Había de todo: bagres, tarariras, hasta algún dorado. También iban a pescar afuera, al Paraná", recordó, señalando la cabeza disecada de un surubí que cuelga en una de las paredes y que ofrece testimonio de aquellas excursiones. "Además, en el río aprendimos a nadar. Nos quedábamos dos o tres días en la isla que está para el lado de Olivera. Era un placer. Lamentablemente, con los años hubo muchas industrias que lo fueron contaminando", completó Sonaglia.
Promediando los años ´60, el predio ya contaba con una cancha de bochas y un tinglado. Así permaneció durante décadas, hasta que en 1990 Sonaglia y el grupo de amigos que lo acompañaba en la tarea comenzaron a hacer unas rifas anuales que les permitieron reunir fondos para mejorar la infraestructura del centro: "Empezamos a hacer rifas de autos cero kilómetro. Hicimos catorce rifas seguidas, a razón de una por año. Incluso, alguna vez hicimos dos series porque la gente creía en nosotros y nos demandaba. Así fuimos juntando los fondos para terminar las instalaciones", comentó Sonaglia.
El edificio del Centro de Pescadores cuenta con dos plantas, incluyendo un salón multiusos equipado con cocina, parrilla y oficinas administrativas, una cantina y canchas de bochas. "En el 2004 nos sentimos un poco cansados y dejamos, pero en el 2010 nos vinieron a buscar de nuevo porque el centro estaba muy abandonado. Retomamos las rifas y a partir de ahí pudimos hacer la parilla, la cocina, compramos ventiladores, en fin, lo reacondicionamos para poder darle un uso social como el que tiene ahora", indicó.

ACTIVIDADES Y PROYECTOS
A pesar de lo que puede inferirse por su nombre, ya no son cañas y anzuelos los protagonistas de su principal actividad: "Tenemos una Subcomisión de Bochas que trabaja muy bien. Hace poco salimos campeones en Mercedes. También estamos queriendo volver a organizar la Subcomisión de Pesca y retomar las salidas, pero es algo que nos está costando porque somos pocos socios", contó Rodolfo La Vega, actual presidente de la entidad. "También hacemos una cena a fin de año cuando sorteamos el auto", agregó.
Lucas Vega, uno de los jóvenes que va tomando la posta del recambio generacional del centro, enseña Chaiu Do Kwang, una disciplina deportiva cuyo desempeño va asociado al nombre de la entidad: "Entrenamos los martes y viernes de 19 a 21. Son clases unificadas sin límite de edad que constan de una parte física y otra técnica. Vamos formando gente para competir y representamos al centro y al pueblo. Algunos de los chicos han traído trofeos de torneos nacionales y también de Venezuela, donde tuvimos la suerte de viajar el año pasado. La idea es enseñarles a los chicos que el deporte es algo bueno y sano", valoró.
Junto a Sonaglia y La Vega, Rodolfo Luna (vicepresidente) y René Banchero (secretario) se ilusionan con seguir sumando actividades y mejorando las instalaciones del predio: "Ahora vamos a pintar todo el salón donde está la cancha de bochas y, sobre todo, tenemos pensado renovar la cantina para darle una impronta más abierta y familiar. También queremos arreglar los baños y terminar de refaccionar toda la planta baja", expresaron. Su sueño es que los más jóvenes asuman el compromiso que supieron tener sus mayores y continúen la tarea en la que invirtieron largos años de su vida: "Se lo queremos dejar a chicos responsables que quieran a la institución. Nosotros ya estamos grandes y andamos ya por los 70. Están las puertas abiertas para tomar la posta y hacer actividades", declararon.
Aunque saben que es una asociación pequeña en comparación con las muchas instituciones con las que cuenta el pueblo, sus miembros se sienten orgullosos por el camino recorrido: "El pueblo lo necesita y este club es del pueblo. Siempre fuimos abiertos y nunca hicimos política partidaria. Acá puede venir cualquiera y utilizar las instalaciones. Cada uno es libre de profesar sus ideas políticas personales, pero el espacio es para todos. Trabajamos todos en conjunto y tratamos de invertir el dinero lo mejor posible. Por eso la gente confía y sigue colaborando", apuntaron.

Más que un nombre
Junto a un grupo de vecinos, Sonaglia y otros miembros del Centro de Pescadores como Ricardo Rende y Ernesto Piovesán, gestionaron ante las autoridades provinciales la restitución del nombre José María Jáuregui a la localidad situada sobre los dos márgenes del río Luján. Este año, además, aportaron el espacio físico donde se reunió la Comisión Organizadora del 130° aniversario de la localidad. "Llevamos el nombre con mucho orgullo", subrayaron.