Bar Los Picapiedras: las hamburguesas más ricas

A 36 años de su reapertura, la hamburguesería continúa funcionando en la misma línea. Frente a las grandes cadenas de comidas rápidas, Los Picapiedras mantiene un estilo que lo caracteriza: garantizar a los consumidores la calidad de sus productos.

Las hamburguesas de Los Picapiedras tienen un sello propio que las identifica como las mejores de Luján. El secreto: en 36 años no han alterado el sabor. Al igual que el primer día, el local de Mitre 295 tiene productos de primera calidad y uno de los menús más reconocidos, El Radical: Paty con mayonesa y savora.
En eso se basa también el éxito de este emprendimiento familiar, trabajar con los mismos proveedores desde su apertura, y conservar el mismo trato con los clientes.
Pero Los Picapiedras, que celebra hoy un nuevo aniversario, tiene dos historias. La primera, en 1964, cuando abrió por primera vez el local. Y la segunda, en septiembre de 1978, cuando Ramón Burgueño adquirió el comercio.
Burgueño se hizo cargo del negocio un 11 de septiembre. Durante los dos meses siguientes trabajó en la remodelación del lugar, aunque manteniendo la estructura edilicia que hasta hoy se conoce. "El 1 de noviembre de 1978 reabrimos Los Picapiedras, y 36 años después lo encontramos en la misma situación que ahora", cuenta, en referencia a la estética y fachada del lugar.
El primer agradecimiento que dedica es para la gente de Luján que continúa acompañándolo. Pero también agradece a su familia. Hoy en el negocio trabajan también sus hijos y, es su deseo, que su nieto siga la tradición familiar.
 "Acá nosotros ya tenemos a la nueva generación a cargo del negocio, que es mi hijo, y el nieto, que no sé si seguirá pero uno siempre tiene sus ilusiones".
Como el primer día, Ramón Burgueño llega al local a las 18. Acomoda la mercadería, enciende la parrilla, sube las cortinas y limpia las mesas. "No hay motivo para cambiar. Esto es ya un negocio artesanal; si uno lo quisiera hacer industrializado debería trabajar de otra manera y con otro tipo de mercadería. Nosotros nos preparamos siempre como si fuese el primer día, con las mismas ganas y el mismo entusiasmo".
A las 20, el bar Los Picapiedras ya está abierto al público. El lunes, es el único día que cierra. "A veces lo económico no es todo, porque hay que tener una constancia de tantos años y esto sin el apoyo familiar no se puede hacer. Acá hay que resignar muchas cosas, que para cualquier persona puede ser normal, como los fines de semana. Estas son las bases de los sacrificios de este tipo de negocios", señala Ramón Burgueño.