Sin logros ni ánimo

El balance es a todas luces magro, sin entrar en el detalle de ciertas direcciones, como Tierras y Viviendas, Cultura y Deportes, porque ahí el repaso cambiaría de magro a pobrísimo.

Que no hayan pasado sobresaltos no es sinónimo de eficiencia. Mucho menos de haber alcanzado grandes metas. Quizás apenas sea el reflejo de una Intendencia un tanto abatida por los imponderables de la gestión, que entre otras cosas debió afrontar la asistencia en desbordes del río Luján como nunca antes. Y que no brilló, además, por su planificación.
Economía cierra el año con sus números austeros, sin un presupuesto avalado por el Concejo Deliberante y la resignación de prácticamente todo lo que no sea lo esencial. En todo caso, logrando como objetivo de máxima el pago en tiempo y forma de los compromisos con los trabajadores municipales.
Legal y Técnica mantuvo su bajo perfil y solo cerca de fin de año se conoció la decisión de sumar al equipo de tareas al ex opositor a las políticas de la Unión Vecinal, el edil mandato cumplido Raúl Suescun, para “pivotear con otras áreas los grandes proyectos pendientes”, según definiciones del propio intendente Oscar Luciani. Es una Secretaría que se conforma, justamente, con no ser noticia.
Control Urbano todavía no definió su relación con el área de Seguridad, creada a la luz de la emergencia y sin más plan de acción que gastar los miles de pesos que ingresan por mes a través de la boleta de energía. Cuesta lograr acuerdos para un operativo en la calle entre estas dos áreas de una misma gestión, imaginemos lo complejo de pensar acciones más complejas.
Producción, Turismo y Cultura se aferra en 2014 a ciertos logros en materia de economía social, con la punta de ese iceberg en la Feria Franca, pero sin avances en los temas pendientes desde que se inició el actual mandato. No hay miras de un proyecto turístico serio y tampoco de la instalación de parques industriales. Apenas mínimas acciones esporádicas.
Por el lado de Obras y Servicios Públicos, a pesar de ser capitaneada por el arquitecto radical Javier Casset, transitó 2014 en sintonía plena con los viejos años del vecinalismo austero y, según algunos, prolijo: alumbrar, barrer, limpiar. Ni siquiera asfaltar.
Bacheos, un par de acciones menores en los barrios y no mucho más que mostrar. Como muestra, un botón: los vecinos han tenido que rogar más de una vez para que una máquina saque un par de ramas que tapaban los puentes del río perjudicando el escurrimiento de las aguas.
Tampoco se trabajó para conseguir mejoras en el Código de Ordenamiento Urbano, ya que el trabajo de consulta técnica que realizaron profesionales de la UBA y que terminó hace semanas no se realizó por iniciativa de Casset. Mientras tanto, el “siga siga” latente hace décadas, con obras de privados que siguieron haciendo y deshaciendo a su antojo. Mientras tanto, también, vimos pasar la posibilidad de construcción de 500 viviendas en el marco del programa Procrear.
Por la cantidad de áreas que involucra y porque su titular no logra cosechar elogios sino más bien lo contrario, la más golpeada puertas adentro y afuera ha sido la Secretaría de Salud, Políticas Sociales y Medio Ambiente.
Cerró 2014 con una denuncia sobre presuntos abusos de menores en el Centro Integrador Complementario del San Fermín, que la Justicia investiga mientras el acusado sigue prestando servicios en el área de asistencia social.
Casi sobre el cierre de 2014 el gobierno local impulsó cuatro acciones relacionadas con la Salud con la idea de torcer la sensación de que allí se derrama la mayor cantidad de recursos sin mayores resultados positivos. En un contexto en el que, es cierto, Luján termina recibiendo demanda no solo de todo su partido, sino de muchos municipios de la región.
Por un lado, la decisión de tercerizar el cobro a las obras sociales sin el aval del Concejo Deliberante. Se supone que eso mejorará el flujo de ingresos y podría dejar establecido el sistema para continuar en el futuro sin intervención de privados. Los resultados aún se aguardan.
También la inauguración de un servicio de imágenes varias veces prometido, que aportaría a mejorar la atención en uno de los temas más sensibles para el Hospital Municipal.
Pero hubo dos noticias del ámbito de la salud que merecen destacarse, aunque los beneficios estén por verse. El secretario de Salud Alberto Luccón tuvo que bajar sus pretensiones y de un anunciado seguro de salud con múltiples beneficios debió resignarse a impulsar un banco de prótesis, una política mucho más austera que la pensada durante el año.
También se anunció la inminente construcción de un campus de salud que, capitales privados mediante, buscará instalarse en el partido para competir en la región con los servicios del Hospital Austral de Pilar y lógicamente descomprimir los colapsados servicios locales.  
El balance es a todas luces magro, sin entrar en el detalle de ciertas direcciones, como Tierras y Viviendas, Cultura y Deportes, porque ahí el repaso cambiaría de magro a pobrísimo: si eso ocurre, en lugar de mirar con la vista dispersa, hay que posar la observación en la cabeza de la administración.
En el corriente año, con honestidad brutal, Luciani le dijo a este medio que tenía en su gabinete a funcionarios faltos de agilidad. Pero hasta hoy sigue priorizando la concordia en el acuerdo partidario que lo llevó a la Intendencia y no removió a un solo colaborador. Extraña muestra de resignación, más aún al indicar que con lo hecho hasta ahora “no alcanza para presentarse en 2015”.