Beneficios del drenaje linfático

Aprende qué es y para qué sirve el drenaje linfático, una terapia beneficiosa para la salud, bienestar y belleza.

El drenaje linfático es una técnica manual que se basa en una serie de masajes que ayudan a poner en movimiento los líquidos y fluidos internos de nuestro cuerpo, para facilitar los procesos de desintoxicación, adelgazamiento, circulación y lograr así una sensación general de bienestar. Esta terapia alternativa también permite aliviar dolencias, prevenir y tratar diversas enfermedades, y por si fuera poco, el drenaje linfático también cumple una función estética: ayuda a bajar de peso y tonificar la figura.



Cómo es la técnica

Esta técnica utiliza masajes realizados mayormente con las manos del practicante, aunque también con instrumentos, en movimientos suaves y progresivos que permiten movilizar los fluidos corporales. Se basa en movimientos diversos, como afloramientos (más suaves), círculos con una o dos manos a la vez, arrastres, bombeos y algunos más, según la zona en la que se aplique la técnica de drenaje linfático y la meta que se busca.

El procedimiento apunta directamente a la estimulación del sistema linfático, un componente del sistema circulatorio cuya función es la de detectar y combatir virus, bacterias y agresores del organismo, de cualquier tipo. Seguramente ya lo conoces; cada vez que te has enfermado o que has tenido una infección, habrás notado ciertos ganglios que se han inflamado (es muy común observarlos en la zona de la garganta, debajo de la quijada). Estos son los "soldados" del sistema linfático que se han puesto en acción contra las agresiones.



Beneficios del drenaje linfático

Se puede aprovechar los beneficios del drenaje linfático para un número enorme de males, enfermedades y condiciones de la salud, del bienestar y de la belleza, incluyendo: ansiedad, cefaleas; contusiones; dolores (incluyendo el dolor de espalda, hombros y rodillas); dolores menstruales; edemas (mayormente en pies, tobillos y piernas); edemas por quemaduras; esguinces; estreñimiento; estrés; hematomas; hipertensión; insomnio; migrañas; neuralgias; obesidad; patologías de las vías altas; problemas auditivos; resfriado común; retención de líquidos; trastornos de los aparatos respiratorio, digestivo e intestinal; trastornos del tejido conectivo y osteomuscular; várices.

El drenaje linfático ayuda a reabsorber los líquidos y colabora en los procesos de desintoxicación y eliminación de residuos del cuerpo. También tiene un efecto sedante, relajante y antiinflamatorio, y con ello no sólo calma los dolores y molestias, sino que también mejora el estado del sistema inmunitario.

En el campo de la estética y la belleza, el drenaje linfático es de suma eficacia en cuerpos que no practican suficiente ejercicio, pues ayuda a tonificar músculos y piel, logrando una apariencia mucho más esbelta y agraciada. A través de masajes específicos, la técnica de drenaje linfático permite acelerar los procesos de cicatrización y regeneración de tejidos; evitar la formación de bolsas y arrugas; facilitar la eliminación del exceso de grasas acumuladas; mejorar el estado de la piel por acné, o luego de cirugías e intervenciones médicas; mejorar la mala circulación que propicia condiciones de salud; prevenir y mejorar la celulitis.



Contraindicaciones y precaución

Por último, el drenaje linfático tiene muy pocas contraindicaciones, como edemas por insuficiencia renal o cardíaca, alergias, hipo e hipertiroidismo, crisis asmáticas, infecciones, condiciones de la piel y algunos tipos de cáncer. Siempre consulta con tu médico de confianza para saber si podrás beneficiarte de las técnicas de drenaje linfático para mejorar la salud y la belleza, y programa tu sesión cuanto antes.



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