Reflexiones en una tarde gris en la plazoleta Nelly Dorronzoro

Miércoles//Tan sólo cuatro vecinos se acercaron al último de los actos por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Desde la Comisión de Derechos Humanos lamentaron la división que existe en los organismos, aunque confían en poder ampliar la convocatoria.

Esther Villieri trataba de acordarse si fue en 1983 o en 1984 cuando se reunieron por primera vez un 24 de marzo y, al igual que ayer por la tarde, fueron apenas cuatro personas las que participaron de un acto organizado por la Comisión de Derechos Humanos de Luján. "En EL CIVISMO hay una foto en la que estamos María Rosa Pallazo, Nelly Dorronzoro, el fotógrafo  y yo debajo de un paragua en la plazoleta de los Derechos Humanos".
Esta vez, el lugar de encuentro fue en la plazoleta Nelly Dorronzoro y, aunque no fue necesario cubrirse con un paragua de la llovizna que empezaba a caer, el cierre de los actos con motivo del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, solo asistieron Marta Ramírez, Elena Álvarez, Esther Villieri por la Comisión, más el incasable luchador social Agustín "Tino" Moglie quienes hablaron con EL CIVISMO –único medio presente- como aquella mañana lluviosa en los albores de la democracia.
Pese a que eran pocos, dijeron mucho. "Consideramos que los actos deben hacerse donde uno vive y con la gente del pueblo para refrescar la memoria para que no vuelva a pasar. Este acto tenía muchas connotaciones: principalmente hacer un homenaje al fiscal Strassera pero no puede ser nunca de festejo. Es de reflexión, conmemoración, repudio a una dictadura que se llevó a 30 mil personas sin distinción ni de partidos políticos. Debía ser un acto para mantener viva la memoria y como dijo Strassera: Nunca más. Aparentemente, desde hace unos años los Derechos Humanos están siendo tergiversados".
Para Marta Ramírez, "deberían considerarse como Derechos Humanos los problemas sociales como es la desaparición de personas en democracia, la falta de asistencia médica a los ciudadanos, la precariedad laboral. Todo lo que signifique falta de Derechos Humanos ahora es otra cosa. Es como que estamos hablando de distintos idiomas. El relato por un lado y lo que la gente sufre por otro".
Por su parte, "Tino" Moglie expresó que, tras haber asistido al acto en la plazoleta de los Derechos Humanos realizado por la mañana, "me quedó la sensación que estaban todos los que tienen el puesto político asegurado en el Estado y seguramente cobran muy buenos sueldos pero no había nadie con trayectoria en el campo popular o por trabajar en la barriada".
"El 24 de marzo debe hacerse un homenaje reivindicatorio de los 30 mil desaparecido que todavía son una herida abierta por más que los Juicios por la Memoria se estén llevando a cabo. Yo no creo que los Derechos Humanos sea solamente bajar un cuadro. Hay muchas asignaturas  pendientes que entran dentro de los Derechos Humanos y hacen a la dignidad de los que menos tienen", dijo Villieri y puso como ejemplo la extinción de los llamados comedores comunitarios en caso de que los jefe de familia tenga un empleo digno "para que los padres se puedan sentar en la mesas con sus hijos", sostuvo.
"La claudicación brutal de Hebe y Carlotto a lo que son verdaderamente los Derechos Humanos. No se puede ir detrás de un aparato político y aspirar a un puesto a diputado o senador cuando murieron 30 mil personas que defendieron la democracia. Pero es así", opinó con su habitual mirada del asunto "Tino" Moglie y añadió fiel a su estilo: "Antes nos jugamos la vida por ideales y por la libertad, y estos que están ahora se la juegan por la guita y el puesto".
"Hasta hace cinco o seis años los actos los convocaban Madres de Plaza de Mayo filial Luján y la Comisión de Derechos Humanos y venía todo el mundo. Pero se hizo una gran división. Mandé invitación a todos los partidos políticos y a todas la organizaciones que pude, llamé por teléfono a un montón de gente porque la Comisión es multisectorial y acá no se pregunta a qué partido pertenece pero lamento que seamos pocos", agregó Villieri.
En tanto, Elena Álvarez lamentó que la Comisión haya "perdido la autonomía, ese objetivo claro y el poder de convocatoria para evocar a los desaparecido de ayer y a los desparecidos sociales de hoy". No obstante, confía en que pueda resurgir la Comisión.