Se hacen pasar por empleados de Telefónica y asaltan a una familia

Viernes//Según pudo reconstruir este medio a través del testimonio de las víctimas, los malvivientes actuarían en dos etapas. Primero se subieron a los techos de la vivienda para “romper” la conexión telefónica y al día siguiente se presentaron para “repararla”. Una vez dentro, bajaron las persianas, redujeron a los afectados y se llevaron objetos de valor.

Una familia de la zona céntrica de la ciudad fue asaltada la semana pasada por dos sujetos identificados como empleados de Telefónica. Se trata de un nuevo giro de una vieja modalidad delictiva, en línea con otras que usan como pantalla a las empresas de servicios para ganar la confianza de las víctimas y conseguir que les permitan el ingreso a sus hogares.
Según pudo reconstruir este medio a través del testimonio directo de los afectados, los malvivientes habrían actuado en dos etapas. Luego de hacer un trabajo de inteligencia para conocer los horarios de la casa elegida, se presentaron un día en que los propietarios no se encuentraban en su hogar y, ataviados como empleados de Telefónica, se subieron al techo y fingieron estar realizando alguna reparación. Para los vecino que observaron la escena, solo se trataba de un trabajador debidamente uniformado que realizaba su tarea cotidiana.
Sin embargo, lejos de reparar cualquier desperfecto, los malhechores aprovecharon la oportunidad no solo para relevar las medidas de seguridad con que cuenta la vivienda, sino también para romper adrede alguna conexión telefónica.
Al día siguiente, en un horario en que la familia se encontraba en la casa, volvieron a presentarse una vez más vestidos como trabajadores de la empresa, manifestando que habían detectado inconvenientes con la línea y que venían para subsanarlos. Este argumento se complementa a la perfección con cualquier posible reclamo que la familia hubiera realizado el día anterior al notar el "desperfecto" en la línea telefónica.
En este marco, la familia en cuestión recibió esta visita y al notar que los falsos empleados se encontraban correctamente uniformados y se transportaban en un vehículo utilitario de los que suelen usar los servicios técnicos, dejaron que uno de ellos ingresara en su vivienda. Al principio el malhechor continuó con la farsa y para cerciorarse de que en la vivienda no hubiera nadie que pudiera depararles una "sorpresa", recorrió la vivienda con el pretexto de chequear las instalaciones. Al rato se dirigió a una de las víctimas para explicarle que ya había "encontrado" el problema y que iba a llamar a su compañero para proceder a repararlo de inmediato.
Es entonces cuando, ya advertido sobre la seguridad del golpe, bajó del vehículo con una caja de herramientas el segundo malviviente. Una vez dentro, mientras uno se encargaba de bajar las persianas, el otro sacaba de la caja de herramientas un revólver cargado y amenazaba a las víctimas. Con gran frialdad y profesionalismo, ataron a la pareja, que se encontraba en la vivienda con sus dos hijos pequeños, y se llevaron dinero en efectivo y objetos de valor.
Antes de darse a la fuga, amenazaron con represalias en caso de que las víctimas dieran a conocer el hecho, motivo por el cual este medio preservó su identidad.