Adolescentes y el consumo de tabaco

Según las estadísticas, la mayoría de fumadores adictos al tabaco empiezan a fumar cuando tienen entre 11 y 14 años.

Muchos adolescentes empiezan a fumar porque lo hacen muchos de sus amigos. En este sentido, es importante enseñar a tu hijo el valor que tiene saber decir que no a ciertas cosas. A pesar de las primeras típicas burlas, sus amigos no van a pensar mal en tu hij@ por el mero hecho de rechazar un cigarrillo. Al contrario, aunque no lo digan en voz alta, muchos le tendrán más respeto por su decisión.
Otros adolescentes empiezan a fumar como forma de rebelarse contra sus padres, la escuela o la sociedad en general. La rebelión forma parte de la adolescencia y en cierto modo es inevitable, pero hay cosas que puedes hacer para ayudarle a dejar el tabaco. Por supuesto, tu labor será más fácil si no fumas. De otro modo, lo tienes mucho más difícil.
Explícale las desventajas de fumar. La adolescencia es una época de muchos cambios físicos y de una mayor concientización sobre su propia apariencia física. Por eso puedes hacer hincapié en las desventajas físicas del consumo de tabaco. Dientes amarillos, mal aliento, ropa que huele mal, mayor probabilidad de desarrollar ataques de acné juvenil, más grasa en el pelo... Además de los efectos más graves sobre la capacidad pulmonar y la salud general de los consumidores.
La adicción al tabaco es difícil de superar para un adulto -por eso existen tantos fumadores- pero mucho más para un adolescente. Síntomas como irritabilidad, tensión, nerviosismo e incluso insomnio pueden influir de forma negativa en su intento de dejar el tabaco. Pero puedes ayudarle. Primero subraya las veces que puedas (sin ser pesado) lo orgulloso que te sientes de él por su esfuerzo. Busca actividades alternativas (sobre todo deportivas al ser posible). Acompáñale a ver a su médico, para preguntar sobre la posibilidad de que su hija pueda tomar algún sustitutivo.
No esperes milagros. El mero hecho que un hijo adolescente fumador intente dejar el tabaco y te deja ayudarle, es ya por sí una pequeña victoria. Lo importante es darle ánimos. Si tu adolescente quiere dejar de fumar poco a poco, diseña un plan, limitando el número de cigarrillos que consume cada día, y reduciendo el número poco a poco. O ayúdale a imponerse unas normas que hacen que fume menos. Por ejemplo, prohibido fumar dentro de la casa, sólo se puede fumar después de cenar, o prohibido fumar entre semana...

Fuente: www.euroresidentes.com