Cuidados para el cabello seco

¿Tu cabello está muy seco, se rompe o es extremadamente frágil? Esto se debe, con frecuencia, a una producción de sebo insuficiente, pero también a nuestras malas costumbres y a una falta de cuidados específicos. Para remediarlo, te presentamos un panorama de buenas prácticas a tener en cuenta.

En los cabellos secos, el sebo (cuyo papel fundamental es hidratar el cuero cabelludo) no desarrolla correctamente su función, lo que favorece la irritación y los picores. El pelo pierde entonces su elasticidad y se vuelve frágil, quebradizo y vulnerable, y las puntas se abren con facilidad.
Se trata de un fenómeno de origen genético, aunque el pelo también puede volverse más seco debido a factores atmosféricos (sol, viento, agua de mar y de piscina), o a unos hábitos de cuidado deficientes, como cepillados demasiado enérgicos y frecuentes, utilizar planchas y secadores a una temperatura demasiado alta, coloraciones muy seguidas o utilizar productos inapropiados.

Cuidados básicos
La base del tratamiento consiste en un champú suave y enriquecido, especial para cabellos secos, rico en activos nutritivos como las ceramidas y los aceites grasos esenciales. Es importante no lavar el pelo demasiado a menudo para no agredirlo.
Además de tu champú, es bueno completar los cuidados con un tratamiento hidratante y un masaje con los dedos. Para conseguir un mayor brillo, ¡acláratelo con agua fría! Evita generalmente el agua demasiado caliente o con mucha cal, que seca el cabello y no sella la cutícula, por lo que todos los productos nutritivos que hemos aplicado no permanecerán en la fibra apilar por mucho tiempo.
Una o dos veces en semana, antes de darte el champú, aplica una mascarilla con manteca de karité, aceite de aguacate o de argán sobre el pelo ligeramente mojado. Envuelve después el cabello en una toalla caliente durante al menos 20 minutos. Después lávalo como de costumbre.
Prácticas sencillas y cómodas: un masaje en el cuero cabelludo antes del aclarado; un aclarado sistemático con agua fría; un pre-secado del pelo con una toalla de rizo, que absorbe más cantidad de agua; un secado ligero con el secador, a 15 cm del pelo y nunca durante más de 15 segundos en el mismo sitio; aclárate el pelo con agua dulce después de cada baño en el mar.
A evitar: el agua demasiado caliente; el secador demasiado caliente cerca de la raíz; secar el pelo frotándolo con una toalla; el agua con mucha cal.
Remedios caseros: hazte tú misma una mascarilla nutritiva de miel y aceite de oliva y póntela antes de darte el champú. Mezcla 2 cucharadas soperas de aceite de oliva y de miel caliente para que esté líquida. Para el brillo, puedes añadir también yema de huevo y zumo de limón. Déjalo reposar al menos media hora, después lávate con un champú suave. Hazlo una vez a la semana, cuando el pelo esté particularmente castigado, o cada 15 días.
Cuida tu alimentación: es importante tener una alimentación sana ya que la comida tiene un impacto sobre la salud. Evita las grasas saturadas (charcutería, comida rápida, fritos, bollería industrial) y da prioridad a las verduras y a la fruta fresca. Para cuidar tu pelo, son especialmente buenas las almendras, las nueces, las avellanas y los cereales. De vez en cuando, haz una cura con un complemento nutricional específico que permita enriquecer y proteger el cabello por dentro.

Fuente: En femenino