Especialistas de la UBA proponen un plan maestro para el río Luján

Jueves//Fue planteado por la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria, en conjunto con organizaciones sociales. En el escrito, difundido recientemente, se vuelcan distintas propuestas y se cuestiona el estudio en curso.

A través de un escrito, la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en conjunto con diversas organizaciones sociales, propuso la puesta en marcha de un plan maestro para atacar el drama de las inundaciones provocadas por el río Luján y sus afluentes. A su vez, se plantean cuestionamientos al estudio actualmente en desarrollo sobre la cuenca que impulsa la Provincia.
En primer lugar, los especialistas marcan que "es la multiplicidad de factores lo que determina que un evento extraordinario derive en una tragedia". En ese sentido, exponen "la falta de un sistema de alerta que permita anticipar acciones, la ausencia de un plan de contingencia que nos indique qué debemos hacer frente a un evento extraordinario, la falta de regulación en el uso del suelo y por supuesto la falta de las obras de infraestructura; decisivos que combinados determinan que el evento extraordinario provoque una tragedia".
Recuerdan que "las imágenes desoladoras de la ciudad de Luján bajo el agua no resultan inéditas, ya que hace pocos meses contemplábamos postales parecidas".

TRANSFORMACIONES
A modo de evaluación, la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria marca que "la cuenca alta del río Luján, de características rurales, ha experimentado en la última década profundos cambios debido a que el proceso de sojización de estas tierras determinó que los grandes productores construyeran canales clandestinos para rápidamente evacuar las aguas de lluvia hacia los cursos principales", una modificación cuyo resultado inmediato consisten en que "el agua de lluvia de la cuenca alta no quede retenida, llegando más rápido a la cuenca media donde se emplazan varios centros urbanos".
De esa manera, "las tierras que en el pasado actuaban como retenes o reservorios naturales, hoy se encuentran sembradas con soja y atravesadas por canales artificiales clandestinos ejecutados sin ningún tipo de control por parte de los organismos provinciales y nacionales competentes".
En cuanto a la cuenca media y baja, las llanuras de inundación y los humedales "fueron progresivamente ocupados por desarrollos inmobiliarios suntuosos, generando el estrangulamiento y taponamiento de los cauces principales".
Ante esa descripción, los especialistas plantean como fundamental el desarrollo de "un plan maestro integral para la cuenca del río Luján que incorpore los diagnósticos, miradas y soluciones de los diferentes actores sociales involucrados".

OBJECIONES
El 19 de noviembre del año pasado, la Consultora Serman -contratada por la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas- presentó en Pilar el "Estudio Integral y Proyecto de Obras de Regulación y Saneamiento para el río Luján". Según la Cátedra que funciona en la UBA, dicho proyecto "no aborda integralmente la problemática, la solución propuesta no contempla alternativas que tiendan a preservar el ecosistema hídrico". Marcan, además, que "los registros de lluvia utilizados, en muchos casos, no se encuentran actualizados ni corresponden a estaciones meteorológicas ubicadas en la cuenca". Por otra parte, "no se contemplan medidas de mitigación y adaptación al cambio climático".

PROPUESTAS
Las alternativas planteadas para atender la problemática de las inundaciones fueron discutidas, analizadas y consensuadas por organizaciones vecinales, ambientalistas y sociales, junto a abogados urbanistas/ambientalistas y a docentes universitarios de la Facultad de Ingeniería de la UBA.
En primer lugar se marca la necesidad de "detener los proyectos de urbanizaciones en humedales y planicies de inundación de la cuenca media y baja", como así también "reforestar con especies nativas las zonas impactadas".
Se propone el desarrollo de reservorios temporales en la cuenca alta y la importancia de evitar obras de infraestructura que generen estrangulamientos en las secciones transversales de los cursos y la eliminación de los canales clandestinos.
Otra de las propuestas apunta a la ejecución de un "un aliviador para el curso principal en la cuenca media que desvíe parte de los caudales de crecida", planteo que debe ser acompañado por "un plan sistemático de limpieza de zanjas y eliminación de endicamientos formados por ramas y basura a cargo de cooperativas vecinales".
A partir de la consulta y el acuerdo con distintos actores sociales, la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria de la UBA considera necesario "desarrollar un sistema de alerta temprana para anticipar este tipo de eventos y adoptar las medidas necesarias para mitigar sus efectos con una correcta información hacia la población". Este punto debe incluir "la puesta en funcionamiento de números telefónicos gratuitos, portales de fácil acceso con información actualizada, entre otras posibilidades". Se aclara que "para contar con sistemas de alerta confiables es preciso que los organismos responsables de medir y pronosticar dispongan de presupuesto y equipamiento adecuado".
También ante la ocurrencia de fenómenos climáticos extraordinarios, se expone el desarrollo de un plan de contingencia concensuado con la sociedad civil: "Los grandes centros urbanos deben desarrollar modelos que simulen el comportamiento del escurrimiento en función de posibles escenarios futuros. Para estos escenarios se debería contar con un plan de contingencia que, al igual que las obras de infraestructura, debería diseñarse desde la responsabilidad primaria del Estado e involucrar de manera articulada a la sociedad civil".
En otro tramo del escrito, se refieren a la ley 14.710 que el año pasado creó un nuevo Comité de Cuenca del Río Luján (COMILU), con mayores facultades que el anterior organismo. Esas potestades incluyen la posibilidad de planificar, coordinar, ejecutar y controlar un plan de gestión integral y la administración integral de la cuenca; planificar el ordenamiento territorial ambiental del territorio y promover expropiaciones y relocalizaciones que se ajusten a los fines encomendados. A su vez, se creó un Consejo Consultivo Honorario a fin de garantizar la participación comunitaria con la función de asesorar al Comité.

BARRIOS CERRADOS
Los especialistas consideran que "hasta que se apruebe el plan de gestión integral y se realice el ordenamiento territorial ambiental debería suspenderse el otorgamiento de los permisos y revocarse aquellos que autorizan la construcción de urbanizaciones cerradas, en particular las de tipo polderizadas (elevación de terrenos)".
Como argumento jurídico se marca que el famoso derecho adquirido, muchas veces invocado por este tipo de desarrollos para evitar cualquier relocalización, no tiene validez en caso de daño ambiental. Al respecto, la Cátedra de la UBA recuerdan que "uno de los principales impactos negativos en el comportamiento del régimen de la cuenca es generado por la transformación de los valles de inundación por parte del urbanismo privado sobre los humedales que construyen polders y terraplenes".
Por último, destacan la importancia de realizar una evaluación de impacto ambiental que consideren los efectos acumulativos de las distintas urbanizaciones cerradas construidas en la cuenca del río Luján: "Esta evaluación deberá analizar si la actual localización de estas urbanizaciones se adecúa al nuevo plan de gestión integral y al nuevo ordenamiento ambiental del territorio que debe aprobarse". De esa manera, "se resolverá qué urbanizaciones deberán ser relocalizadas o cómo éstas se harán responsables económicamente de las externalidades negativas que generan".