Historia y mitos urbanos en torno al cementerio local

El cementerio municipal es un lugar de historias. Epitafios, bustos, imágenes religiosas, reconstruyen la identidad de la ciudad. Un recorrido diferente para conocer parte de la vida cultural de Luján.

La tercera caminata urbana tuvo como escenario el cementerio local. La curiosa propuesta ha sido conocer las tantas historias que encierra ese lugar, locación en muchos casos de mitos y leyendas urbanas. Para los mayores de treinta que pasaron su infancia en el barrio El Quinto, cruzar el cementerio era una forma de cortar camino para alcanzar el puente Mitre y llegar al centro. Era entonces cuando el lugar se transformaba en un misterioso patio trasero: la historia del joven que conocía a una linda muchacha en un boliche bailable y que al día siguiente se enteraba que en realidad había muerto varios años atrás, ha tenido tantas versiones como ciudades donde era contada. En esa y en otras anécdotas se basó el recorrido que el sábado intentó construir una parte de la vida social, cultural y política de Luján.
La caminata por el cementerio es la primera de una serie de caminatas que se realizarán allí. En esta ocasión, la actividad se llevó a cabo en el área 1, que es el sector en el que se encuentran las tumbas y mausoleos de personajes que dejaron un legado en la historia de la ciudad.
A la entrada del cementerio hay ocho lloronas, cuatro a cada lado; pasando las columnas que embellecen el pórtico se encuentra la primera tumba allí instalada: una mujer de apellido Navarro que falleció en 1851. Si bien la construcción del actual cementerio es de 1856, hubo tres anteriores en Luján y muchas de las tumbas fueron trasladadas de uno a otro.
"En la época de la colonia era muy común que los enterratorios se hicieran en los patios de las casas; no había delimitado un camposanto para la gente que vivió en la época entre 1671 hasta 1742. El primer cementerio estuvo en la calle San Martín, al lado del templo de Montalvo. Este cementerio funcionó hasta 1821 cuando Rivadavia confiscó las tierras que pertenecían a la iglesia católica a través de una ley, y esas tierras pasaron a ser del Estado, y desde 1825 hasta 1833 se mudó hasta donde está la rotonda de entrada a Luján. Era un lugar bastante bajo, bastante inundable, las crónicas cuentan que cuando crecía, el río se llevaba todo, así que permaneció 8 años nada más allí. En 1833 hubo un tercer cementerio a la altura del aeroclub de Luján y allí funcionó hasta 1856 que se trasladó hasta lo que es el cementerio actual", contó el historiador Federico Suárez, a cargo del recorrido. La guía de turismo Bárbara Picabea, por su parte, brindó datos arquitectónicos y simbólicos en algunas tumbas y mausoleos, como el trébol y la cruz Celta. Muchos irlandeses -contaron- se asentaron en Luján en el actual barrio El Trébol y en el Camino a Navarro, donde estaba el campo de Casey. "Lorenzo Casey tenía la estancia en lo que es hoy Las Lilas que está a 18 o 20 kilómetros a partir del cruce del camino Navarro. Como era muy grande y tenía mucha gente trabajando hizo una escuelita en su estancia y más tarde donó tierras para que se levante una escuela pública, que es la actual Escuela 5 Lorenzo Casey. Esa escuela, si uno la observa, ve que su frente está de espaldas a la ruta, esto es porque el camino de la estancia a la escuela pasaba desde el otro lado", añadió una de las personas que acompañó la caminata.
La propuesta estuvo abierta a la participación de la gente, tanto en el caso de la caminata por el cementerio como en otros espacios de la ciudad; la idea es interactuar para enriquecer los relatos históricos, o llamar la atención sobre algún edificio o lugar que no haya sido incluido en el recorrido.
Además de la irlandesa, tuvo peso fuerte en Luján la colectividad vasca que se instaló en Cañada de Rocha, a la altura de donde hoy está la escuela Yapeyú, en el camino a Carlos Keen. Los referentes históricos son Urriza y Armendáriz, dedicados al almacén de ramos generales. Cuando se instala la estación de ferrocarril en el pueblo todos se van a asentar allí y queda el paraje Cañada de Rocha en el olvido. "Eso es lo interesante de las transformaciones que tienen los pueblos, cultural y socialmente, a través del ferrocarril", señaló Suárez al pasar por las tumbas de ambos.

LUGAR HISTÓRICO POR EXCELENCIA
Dos mausoleos llamaron la atención, en parte por la arquitectura y por la historia que hay detrás de su construcción. Por un lado el de la familia Cordiviola, que es el punto más alto del cementerio. Allí se levanta el busto de Agustín Cordiviola, sucesor de la firma Bancalari que construyó varios molinos en la zona, y yerno de Descalzo, dueño del terreno donde se construye el molino cercano al hoy puente Dr. Muñiz. La particularidad de esta obra es que el busto dirige su mirada hacia el río.
El otro, es el de Jaime Palet, encargado de diseñar el pórtico original del cementerio. El mito en torno a su figura es que él mismo levantó en vida su mausoleo. Palet llega a Luján en1856, y se casa a los 33 años con Rosa Sallaberry, de 18. Su taller estaba ubicado donde es hoy la ferretería Freire. Era un maestro alarife que firmaba sus obras con la letra BM, que es la firma que llevan muchas de las placas del cementerio.
El recorrido repasó la historia de Juan de la Cruz Casas, primer comisionado de Luján, de Pascual Simone, de Lorenzo Sein, de la familia Jáuregui, y de Laureana Centurión, amante de Bartolomé Mitre. Y culminó en el monumento a Eva Perón. "En 1972 se comienza la construcción por donaciones de vecinos, en el 74 -en un acto de vandalismo- se tira abajo. Hay un expediente de 2009 para reconstruir este monumento y aparentemente en la partida presupuestaria para este año está incluida esta reconstrucción", señaló Suárez.
Las caminatas urbanas están organizadas desde la Secretaría de Producción, Turismo y Cultura, la Subdirección de Educación y el Instituto Mignone. "Surgió la idea del cementerio porque es un lugar histórico por excelencia con muchas curiosidades que van más allá de ex intendentes o personalidades fuertes de Luján. Esta fachada por ejemplo, la construyó Víctor Sulcic que es el  mismo arquitecto de la Bombonera y del Mercado de Abasto de Buenos Aires. Hay curiosidades históricas y anécdotas que es lo que llama la atención, hay estilo arquitectónico, y simbolismos en ciertas tumbas. El director del cementerio, Carlos Petroni, nos ayudó a preparar el recorrido, nos explicó ciertas cosas y datos históricos", destacan Bárbara y Federico, y agregan un correo para que las personas envíen sugerencias acerca de sitios históricos que puedan formar parte de futuras caminatas: caminatasurbanaslujan@gmail.com.

ALGUNOS DATOS
-Debido a la inmigración irlandesa que se asentó en Luján, muchas de las tumbas tienen sus inscripciones en inglés.
-En el cementerio hay simbología masónica, dos mausoleos se destacan. Sobre el tema, Suárez contó que existió la Logia Luján, de los hermanos Ameghino. "Se formaban con el fin de recaudar fondos para investigaciones", aclaró.
-Muchas tumbas y mausoleos son privados, por lo tanto el mantenimiento queda a cargo de los familiares.