Cómo aprender a ser paciente

No es fácil desarrollar la paciencia, pero si la cultivas a diario te darás cuenta que cada día que pasa vas viviendo con menos prisa y más demora y te sentirás que los problemas o la ansiedad tienen menos poder sobre tu cuerpo.

La paciencia es una de las grandes virtudes que se puede tener en la vida, pues nos ayuda a vivir en calma y concentrados en el presente, sin desesperar por la ansiedad de lo que pueda o queramos que pase. No es fácil desarrollar la paciencia, pero si la cultivas a diario te darás cuenta que cada día que pasa vas viviendo con menos prisa y más demora y te sentirás que los problemas o la ansiedad tienen menos poder sobre tu cuerpo.
Para aprender a ser paciente debes trabajar la aceptación. Cuando aceptamos que a veces las cosas no suceden como o cuando queremos, aprendemos que la vida tiene un ciclo y que no debemos anticiparnos a los hechos. Aceptar que cada cosa tiene su curso, su tiempo y su razón de ser te permitirá entender mejor las cosas que suceden en la vida.
Un consejo muy importante para aprender a ser paciente es tratar, en lo posible, de mantenerte en el presente. Muchas personas quieren hacer mil cosas a la vez y otras pasan todo el día pensando: "qué pasará si...", y en ambos casos solo se consigue aumentar la desesperación porque la impaciencia desespera.
Para aprender a ser paciente necesitas controlar la impaciencia. ¿Cómo? La clave está en tu respiración. Como la impaciencia desespera lo ideal es propiciar la calma en el organismo a través del pensamiento racional, internalizando que no hay nada más que puedas hacer para acelerar un proceso que, por los momentos, lo ideal es calmarte. Entonces, inhala por la nariz y exhala lentamente, muy lentamente, por la boca durante al menos 15 minutos, verás que la paciencia llega a ti. En este sentido, una buena táctica es aprender a meditar.
Buscar el lado positivo de las cosas también es de gran ayuda para aprender a ser paciente, pues te permitirá dentro de la angustia o la desesperación valorar las opciones positivas que esta determinada situación puede traer a tu vida. Si la impaciencia es puntual y solo necesitas controlarla durante poco tiempo, entonces mantente ocupado para que tu mente pueda concentrarse en otras cosas y distraerse.
Esperar, esa es la clave para aprender a ser paciente. Y no se trata únicamente de esperar que pase el tiempo, sino de esperar lo justo de las circunstancias y de las personas.

Daniela Innecco