Dos “eco ciclistas” hicieron escala en Jáuregui

Viajar, conocer el mundo, decirle adiós a la rutina, los horarios de oficina, los trámites, la burocracia degastante, las obligaciones mundanas, es, sin lugar a dudas, el sueño de muchos aunque sólo unos pocos pueden alcanzarlo.
Cecilia y Alejandro o Swami Dhylan Anala (que en sánscrito significa meditación alineado con Dios, como lo rebautizaron en la India) tomaron ese camino. Desde el 14 de diciembre sus vidas se volvieron una aventura constante y en dos ruedas. El objetivo es unir Buenos Aires con Juneau, Alaska, en bicicleta.
Alejandro es un aventurero nato. Desde los 16 años que comenzó a recorrer el mundo; ya no paró más. Domina el idioma inglés y el japonés tras haber vivido varios años en Japón. Conoce China, India, Nueva Guinea, Rusia (estuvo en Moscú en dos ocasiones), Europa, África. Casi ni recuerda todos los países que pisó alguna vez y las culturas con las que tomó contacto. Hoy, a los 43, está embarcado junto a su esposa en el proyecto más ambicioso de sus vidas como es recorrer América siguiendo la ruta sur a norte hasta llegar -probablemente dentro de tres años- al Polo Norte.
Cecilia, diseñadora gráfica y deportista desde que tiene uso de razón, no lo pensó mucho a la hora de tomar esta decisión. Posiblemente, cuando esta nota vea la luz estarán pedaleando por algún punto de la geografía bonaerense quemando etapas sin prisa en busca de un sueño. “Una vida de aventura en aventura”, sintetiza Swami Dhylan Anala.
Subirse a una bicicleta y dar la vuelta al mundo no es para nada sencillo. Requiere de un periodo de adaptación y entrenamiento previos no sólo para fortalecer los músculos sino también para acondicionar la mente como así también tomar decisiones fuertes que la mayoría de los matrimonios no estarían dispuesto a hacer. Y en este caso resignaron tener hijos.
Alejandro define esta actividad no como un deporte sino como una disciplina que exige ser organizados, metódicos y tener una amplitud mental a prueba de todo.
Al llegar a Luján, los “eco-ciclistas” o “eco-diseñadores” a pedal conocieron a Lionel Olivera, un joven y aventurero ciclista de Jáuregui que los invitó a hacer escala durante algunos días en su casa de Jáuregui.
Este lunes, horas antes de partir, Alejandro y Cecilia hablaron con EL CIVISMO. Contaron de qué se trata este proyecto, hablaron de sus sueños, de la forma que se financian y de lo que significa dar la vuelta al mundo en bicicleta. Los peligros que pueden encontrarse en la ruta, en las grandes ciudades o a la vuelta de la esquina, pero también de todas las satisfacciones que encierra una experiencia de estas características, la forma de ver el mundo antes, durante y después de algo semejante.
Aseguran que no son dos locos que están sueltos por el mundo sino que hay muchas más personas que lo que la gente se imagina girando por el planeta, impulsados con las fuerzas de sus piernas sobre los pedales. Alejandro, por caso, recuerda que un alemán de 76 años lleva cientos de miles de kilómetros y ya pasó por 198 países.
Esta singular pareja tiene un fuerte compromiso con el cuidado del medio ambiente. Por eso, también se explica el medio de locomoción que eligieron para salir de gira.
“Viajar es parte de la vida que hemos elegido y hace ya unos años comenzamos a estudiar formas de viajar más amigables con el medio ambiente. Fue a finales del año 2008 que empezamos a evaluar la idea de comenzar a viajar en bicicleta, principalmente, claro está, por lo ecológico que resulta este medio de transporte.
“Viajar grandes distancias en bicicleta es una disciplina moderna muy popularizada desde principios del siglo XXI gracias a la red internacional de ciclo-viajeros conectados vía internet. Dentro de las muchas ventajas que presenta esta moderna forma de viajar se destaca el bajo impacto que causa al medio ambiente”, resaltan a través de la página web que actualizan de manera permanente como si fuera un diario íntimo pero en internet.
El martes a las 6 partieron con destino a San Andrés de Giles en dos bicicletas adaptadas para transitar largas distancias. Además de sus mochilas, llevan un mensaje ecologista difundiendo sus conocimientos en pos de un mundo mejor. Ya lo dijo Pappo: “Nada como ir juntos a la par, y caminos desandar”.

Para tener en cuenta
- Alejandro y Cecilia no viajan de noche.
-    Por día pedalean un promedio de 80 a 90 kilómetros.
-    El viaje lo financia una empresa y con proyectos que van desarrollando a lo largo del viaje como, por ejemplo, cursos de eco-educación, trabajos de diseño en general, web site, paisajismo, jardinería, fuentes de agua, radiestesia, armonización de viviendas, talleres de ciclo turismo.
-    Suelen ingresar a las grandes ciudades al amanecer cuando la gente va a trabajar. De esta forma, minimizan el riesgo de padecer hechos de inseguridad.
-    Hay una red de ciudades que cuentan con ducha caliente especialmente para aventureros y amante de las travesías.

En la web
www.mundoenbicicleta.com.ar es la página principal para conocer más detalles de esta experiencia. Otros sitios relacionados son www.disenobia.com.ar, www.ecoplaneta.net y www.otsukubai.com.