Sonidos de otros tiempos

Ed.Impresa//El cierre estuvo a cargo de dos jóvenes artistas de notable formación y talento. La soprano Graciana Causo acompañó los acordes del organista Matías Sagreras, regalando una presentación para recordar.

Quizás en un horario fuera de lo habitual para presentaciones de este género musical, el sábado, a las 15, mucho público se congregó en el espacio de La Cúpula para participar del espectáculo que dio cierre a la muestra de pinturas y esculturas de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP).
Con la presencia de autoridades locales y de la SAAP, el director de Turismo, Sebastián Miglioranza, dio la bienvenida a los presentes y agradeció la posibilidad de contar con esta muestra y un espectáculo de calidad que acompañe el cierre.
Posteriormente, uno de los miembros de la Comisión Electora de la entidad organizadora de la exposición, Roberto González, se refirió al trabajo de la Sociedad y a la posibilidad de contar con ese espacio agradeciendo a las autoridades. Luego reseñó las intenciones de la institución que este año celebra sus 85 años de vida, explicando que no es fácil la tarea “porque la mayoría de las veces el trabajo del artista es muy individual”, al tiempo que agregó que desde el trabajo cotidiano se intenta federalizar la propuesta llegando a lugares del interior.
Finalmente comentó el proyecto de apadrinar ese espacio cultural y poder coordinar intercambios y la apertura de una filial Luján de la SAAP.

Lo musical
Combinando artes, la música y la plástica se conjugaron para ofrecer un momento especial.
El joven instrumentista Matías Sagreras (26) actualmente concluye su licenciatura en Artes Musicales en la especialización órgano en el Instituto Universitario Nacional del Arte. Aunque no proviene de una familia de gran tradición musical, cuenta que su mamá fue profesora de piano pero debió venderlo al casarse, posponiendo su actividad. Tiempo después, cuando él tenía ocho años, le regalaron un instrumento y, esta vez, el que conectó fue él y no ella. “A partir de ahí empezó todo”, contó, asegurando además que tenía un ancestro en su familia (Julio Sagreras) que fue un gran guitarrista.
Empezó tocando piano y a la par órgano, pero ya a los once años se había largado a poner sus manos en el primer órgano de iglesias. A los 14 años empezó sus estudios serios con una organista, Carlota Faedo, hasta los 16 ó 17 años, cuando hizo su ingreso al Conservatorio. Paralelamente, efectuó estudios con maestros europeos que vinieron a Argentina, anhelando viajar a Europa para tomar nuevos cursos al finalizar su licenciatura.
Sus conocimientos al presente le han permitido presentarse como solista o acompañante de diversas agrupaciones en la Catedral Metropolitana y distintos templos, encontrándose trabajando en dos Basílicas como organista. Una de ellas es la Basílica de María Auxiliadora y San Carlos desde el año 2006, ubicada en Almagro, y desde febrero de 2009 en la Basílica del Santísimo Sacramento, “que dispone del instrumento más grande del país, un instrumento francés, podríamos decir hermano del órgano de la Basílica de Luján”.
La también joven soprano Graciana Causo, abocada a la música barroca y al jazz, fue la responsable de poner voz a la actuación del sábado. De menuda contextura, deleitó a los presentes con la energía, vivacidad e histrionismo con que encaró la tarea. Piezas que recorrieron el barroco, el romanticismo y hasta finales del siglo XIX, fueron los caminos por los que esta voz se jugó con los matices propios del género, sosteniendo una sonoridad que trasladó a otros tiempos.
En un clima de absoluto respeto, los presentes elogiaron a partir de los sostenidos aplausos las actuaciones de ambos músicos.