Murió José Ignacio García Hamilton, un hombre vinculado a "Los Talas"

El periodista, historiador, escritor, abogado y diputado tucumano lo unía a Luján su relación de amistad con la familia Furt. En esta ciudad, brindó varias charlas. Su ultima presencia pública fue con motivo de ser declarada Pocha Furt hija dilecta post mortem.

La muerte del historiador, periodista y diputado nacional José Ignacio García Hamilton repercutió también en Luján. En mayo de 2008, había participado de un acto en homenaje a Celia Etelvina Furt de Rodríguez, mas conocida como Pocha Furt, quien había sido declarada Hija Dilecta de la ciudad, un reconocimiento que llegó post morten para esta vecina que mantuvo el legado cultural de su padre Jorge Furt, a través de la Estancia "Los Talas".
En esa oportunidad, García Hamilton expresó su admiración y la amistada que mantuvo con la recordada vecina y su familia. Fue el ultimo orador del acto.
"Contó que con gran emoción llegó a Luján acompañado de su familia a la biblioteca, sitio que mostraba lo que era Luján, un lugar de tradición, de historia y de la cultura; un ámbito de Jorge Furt, de Pocha, Etelvina, Ricardo y toda su familia presente, hijas, nietos, bisnietos. Evocó que la familia Furt le recordaba su llegada a la ciudad a comienzos de 1990, con la avidez de acceder a las cartas de Alberdi para culminar la escritura del libro "Vida de un ausente".
José Ignacio García Hamilton también era escritor. Falleció en la madrugada del sábado en la Capital Federal tras una larga enfermedad. Tenía 65 años y sus restos fueron velados en el Congreso Nacional.
Había nacido en Tucumán el 1 de noviembre de 1943. Era hijo de don Enrique García Hamilton, quien durante décadas fue director del diario La Gaceta, Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio del Sagrado Corazón, del que egresó bachiller en 1960. Pasó entonces a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán. Allí se graduó de abogado en 1969. Años después recibiría, en la Universidad de Buenos Aires, su título de doctor en Derecho y Ciencias Sociales, con la tesis "Los orígenes de nuestra cultura autoritaria".
<subtitulo>DE TUCUMAN A LOS TALAS
<texto>Cuando aún estaba en Tucumán, García Hamilton supo que de la existencia del archivo de "Los Talas" y del material histórico que atesora. "Cuando llegué se me empezaron a caer las lágrimas porque iba a ver las cartas y lo recibieron dos guardianes que, andando los días, eras como dos sacerdotes, o un príncipe y una princesa que cuidaban ese lugar de piezas únicas, de tradiciones, que venía de generaciones. Los recuerdo con trabajo, esfuerzo, con atención. Ricardo había ordenado y sintetizado las cartas, era el guía, el que dominaba. Traía café. Y al mediodía los almuerzos, la charla, los postres". En medio del relato, apuntó que mucho de lo escrito lo tuvo que tirar porque la realidad era más rica y el contenido de las cartas era mucho más novelesco que la historia por él creada.
"Así por "Vida de una ausente" nació esa amistad y admiración con ese matrimonio que hacía una labor tan excepcional en un país como el nuestro, que desprecia la cultura, que no respeta las tradiciones, y Luján es un reservorio de historia, tradiciones, costumbres", reflexionó.
Ya cerrando su exposición destacó que al matrimonio que con tanto celo custodió el archivo, mucho le gustaría saber que en Tucumán se está tratando de reconstruir la casa de Alberdi.
Por último, declaró que era su intención traer el sentimiento de alguien que los conoció desde lejos. "Pocha fue una gran mujer de la cultura, una gran mujer de campo, y junto a Ricardo provocaron esta unión de fuerzas políticas para honrarlos. Ustedes, vecinos de Luján, han tenido el privilegio de tener una estancia en la zona como Los Talas. Qué amor, qué responsabilidad, qué camino y obligación. Qué sendero les han marcado estas personalidades. Espero que el espíritu de ellos los sigan guiando en el futuro", concluyó esa noche.
"El doctor García Hamilton fue un hombre de hogar, entrañable compañero de su esposa, de sus seis hijos y de sus dos nietos. Era también persona de muchos amigos, atraídos por su intensa simpatía de trato y su espontánea disposición a comprender y a ayudar al prójimo. Tenía un corazón sano, incapaz de guardar rencores, actitud que demostró largamente en el terreno de las ideas. Era un sincero y fervoroso militante de la democracia, a la que concebía dotada no solamente de libertad, sino también de responsabilidad y de tolerancia. Su partida deja un gran vacío en todos los sectores de una sociedad a la que supo servir con resuelto compromiso, y que por eso no habrá de olvidarlo", sostuvo en su párrafo final de una extensa nota aparecida en la edición on line de La Gaceta en la que resume su intensa vida.