La histórica restauración de la Basílica entra en su etapa final

Miércoles//Los detalles de la tarea de restauración de la Basílica, en la que intervienen los más variados especialistas. Se está en el final de la tercera etapa, con un presupuesto estimado de 47 millones de pesos y un gasto total calculado en 90 millones. Restan tareas de iluminación, sonido, seguridad y en edificios anexos.

Trabajos nocturnos. Contratación de especialistas. Hallazgos de objetos impensados. Intervención en elementos que jamás habían sido tocados. Y un cálculo estimado que habla de alrededor de 90 millones de pesos. Apenas un punteo posible en el marco de la histórica obra de restauración de la Basílica Nacional, tarea que se realizan con financiación del gobierno nacional.
Por estos días se encuentran muy avanzadas las obras propias de la tercera etapa, con un plazo ya vencido de 30 meses y sin estimación sobre los meses que aún restan para culminarla. EL CIVISMO dialogó con el arquitecto Guillermo Jorge Frontera, jefe del Distrito Capital Federal y Buenos Aires de la Dirección Nacional de Arquitectura, dependiente del Ministerio de Planificación Federal e Inversión Pública, quien ofreció los trazos más gruesos de una restauración que, como admitió, "tiene una historia larga".
Las obras se iniciaron en el año 2003 y se resolvió dividirlas en tres etapas. La primera comprendió a la fachada, las torres, logia y réplica de las cruces. La segunda etapa, fachadas laterales, contrafrente, cubiertas y terrazas de los distintos niveles. "Entre la primera y la segunda etapa se logró mejorar todo el envolvente de la Basílica", precisó Frontera.
En la tercera etapa se contempla el arreglo de todo el interior de la Basílica y todos los edificios anexos: administración, casa parroquial, santería, cripta y los alrededores del templo con sus espacios verdes externos e internos. La tarea prevé iluminación exterior, interior, sonido, vitraux, elementos de seguridad ("que la Basílica nunca tuvo", dijo Frontera) y automatización de reloj y campanas.
"Los 30 meses de plazo de esta etapa ya se cumplieron. Como toda obra de restauración, se fija una estimación porque los tiempos son difíciles de prever y más en una obra como esta, con la riqueza de ciertos sectores que uno va interviniendo. Nos pasa de encontrar objetos con oro, plata, bronce o determinada piedra que no estaba en otro lado. O vitraux con diferentes técnicas. Son tareas muy específicas que necesitan una intervención muy minuciosa. El tiempo estimado puede cambiar mucho", indicó el responsable de la obra.
Frontera detalló que "la tercera etapa es la que mayor cantidad de artesanos y especialistas requirió. En la primera etapa lo fundamental fue el tratamiento de la piedra, con especialistas en restauración de piedra y simil piedra, que se restauró con restos de piedras que quedaban tirados en los patios del templo. "La cantera de Entre Ríos de donde se sacó la piedra original está bajo el agua", comentó el arquitecto.
En la segunda etapa se repitió mucho esa tarea en la piedra, pero también se agregó el tratamiento en las cubiertas de cobre, lo que demandó artesanos para trabajar las ornamentaciones de las agujas.
"En la tercera, además de lo que ya mencioné, aparecieron los artesanos y contratados para el tratamiento de mármol, broncería, artefactos de iluminación históricos y demás". En ese aspecto, indicó que cada araña demandó a un especialista. "Hay tres muy grandes, una del camarín y dos en las naves; varias de cobre (diez); dos al entrar al deambulatorio, otra entre sacristía y camarín; en dos altares; artefactos más pequeños que van mostrando el recorrido del calvario. Inicialmente, algunas estaban hechas para iluminar con velas y se le agregaron instalaciones eléctricas provisorias. No es sencillo en artefactos que no son modernos y no tienen sistema eléctrico, introducir tecnología moderna", explicó.
Frontera contó que la mayoría de las arañas estaban tapadas en suciedad y al limpiarlas se descubría que eran bañadas en plata o que tenían baños en oro. "Y con una delicadeza muy grande, como pequeños detalles de ángeles o catedrales de no más de 5 centímetros. Cada araña tiene miles de detalles y era imposible observarlo. Ahora, con el tratamiento, se recuperó su riqueza".

PRIMERAS INTERVENCIONES
Los vitraux demandaron otra contratación especial: la del especialista Félix Bunge. "Esos vitrales provienen de Francia y tienen una manufactura maravillosa. Por eso se respetó toda la normativa internacional para su tratamiento". Para repararlos, se realizó un taller en pie de obra y cada parte se restauró con sumo detalle, pasando por su limpieza, recuperación de diferentes sectores o la incorporación de tramos perdidos, "pero con las mismas características originales".
"Previo a la intervención hubo que hacer un relevamiento sobre su instalación y documentación histórica que acompaña cada tarea –indicó el jefe de obra-. Se agregó, además, un trabajo de protección, porque históricamente tenían fallas de colocación. Estaban pegados sobre vidrio armado y eso impedía ventilar la obra para su conservación. Ahora se armó una carpintería para tener nueva protección y un correcto funcionamiento del vitraux, sin deteriorarse el plomo y la coloración".
No menos complejo es el tema de la construcción y posterior desarme de andamios. "Para llegar a los vitraux, capiteles, torres, altares, se necesitan andamios muy especiales, que permitan trabajar, no dañen y sean de fácil acceso para la supervisión. Es una ingeniería bastante particular. Tampoco es sencillo retirarlos. Quizás un andamio esté fijo durante meses y al quitarlo hay que ser muy cuidadoso. Se necesita una sensibilidad especial", afirmó Frontera.
"Lo mismo pasa con el instalador eléctrico –agregó-. No puede venir con una amoladora y romper todo para pasar los cables. Debe ser minucioso, ya que si rompe piedra hay que restaurarla".

- En muchos sectores, ¿es la primera vez que se hace algo?
- En la Basílica, en la gran mayoría de las tareas es la primera vez que se interviene. Además hubo intervenciones en los últimos años que no ayudaron, como lo que se hizo en la piedra y el símil piedra de las fachadas. Utilizaron mucho cemento, mucha cal y con poco estudio del material de origen. Ahora revisamos las cuestiones químicas, etcétera, y recién después tocamos y reparamos. Eso en el exterior se vio mucho. También en la instalación eléctrica, donde las tareas buscaban que las cosas funcionen y nada más. No se hacían adaptaciones para objetos históricos o se limpiaba con elementos muy abrasivos que destrozaron el material de origen.
El desafío de la obra todavía es enorme. Uno de los sectores a intervenir es la cripta, donde esperan a los especialistas graves problemas de humedad. El arquitecto de la obra adelantó que se harán estudios para analizar la mejor solución en el lugar, "pero haría falta ayuda del Municipio porque no se puede trabajar con las napas en el perímetro de la Basílica. Hay que atender mejoras en todo el sector, en el río y estudiar en todo caso una protección particular para el templo".
También están en carpeta refacciones relacionadas con la seguridad. En ese contexto, se analizan cambios de ubicación de los portones laterales de la Basílica, que no coinciden en línea recta con las entradas laterales del templo. "Cuando hay mucha gente, mejor tener mucho espacio de salida. Pero debemos respetar la historia de cada portón. Si se hace algo, será por seguridad para los peregrinos y no pasará por una cuestión estética. Lo que sí está definido es automatizar los portones, con nueva tecnología para ganar rapidez. Son pequeñas cosas que hacen a la seguridad. Antes esas precauciones no existían", indicó el jefe de obra.
Con los años de obra ya transcurridos y tal vez con cierto orgullo, Frontera destacó que "nunca se cerró la Basílica. Se adaptó tanto el templo como la obra. Convivimos con mucha comunicación. Hubo momentos críticos, como durante la Peregrinación Juvenil del año pasado. Por cuestión de seguridad y espacio se decidió cerrar y hacer todo afuera, pero había espacio para pasar y caminar. Después, las incomodidades fueron varias, con misas en la cripta o el camarín, pero se fue avanzando. También hubo muchas tareas de noche, para evitar el ruido. Eso abundó en el armado de andamios y en trabajos de electricidad. Pero siempre se avanzó".

LA OBRA EN CIFRAS
90
millones actualizados sería el presupuesto destinado a la obra total de restauración. "La primera etapa ya cumplió diez años. La segunda en 2006 y la tercera desde 2009", dijo el jefe de obra, quien sumó los millones de cada etapa y los actualizó.

6
millones demandó la primera etapa. La empresa a cargo fue Teximco.

17
millones la segunda etapa, en este caso en manos de la firma Calcaterra-Creaurban.

47
millones la tercera etapa, concesión ganada por Creaurban. "Ese precio de 47 millones figuró en la apertura de la licitación, hace más de 30 meses".