Desde el 2012, el río mantiene en alerta a los lujanenses

Viernes//A fines de octubre de ese año se registró la mayor inundación en muchos años, con un pico de 5,12 metros. Desde entonces, una docena de veces el cauce superó los 2 metros y en tres se ubicó por encima de los 5 metros. La marca que alcanzó la crecida de la semana pasada se ubica entre las principales mediciones de los últimos 50 años.

Si bien luego de 1993 se registraron episodios menores, desde entonces muchos pensaron que el drama de las inundaciones estaba destinado al olvido. Sin embargo, cuando a fines de 2012 el río alcanzó los 5,12 metros por encima de su nivel natural, un viejo problema volvió a la agenda pública.
Aunque al año siguiente no se registraron fenómenos de crecida, el 2014 no dio tregua. Según los registros que en su momento aportó la organización Inundados de Luján, fueron 12 los desbordes generados el año pasado que superaron los 2,5 metros; de los cuales seis estuvieron por encima de los 3 metros; cuatro más allá de los 4 metros y dos mayores a 5. Si se toman esos datos y se suma lo ocurrido esta semana, el balance arroja que en el transcurso de tres años, en cuatro oportunidades el río Luján alcanzó mediciones por encima de los cinco metros, es decir, números que dan cuenta de grandes inundaciones.
A pesar de que en 2013 el río se mantuvo estable, en el transcurso de ese año continuaron los reclamos destinados a lograr obras de envergadura que mitiguen un problema que parecía pronto a regresar. De hecho, fue en ese año que la Legislatura Bonaerense declaró la emergencia hídrica en la cuenca del Luján.
El año pasado comenzó complicado. En los primeros días de febrero, el río volvió a experimentar una crecida producto de fuertes lluvias. En esas circunstancias se acondicionaron el CIC y el Polideportivo para recibir evacuados, que se calcularon en unos 150 vecinos. Además, muchos barrios sufrieron anegamientos consecuencia de sistemas de desagües faltos de mantenimientos o directamente inexistentes.
Apenas un mes después, el río amenazó nuevamente con generar un desastre. Para suerte de los lujanenses, sólo alcanzó los 2,42 metros, aunque el descenso fue muy lento.
A comienzos de abril, EL CIVISMO titulaba "Otra vez inundados". Se daba cuenta así de un río que superó los cuatro metros y generó 40 evacuados. En esa oportunidad tuvo un primer pico de 2,10 metros y nuevas lluvias motivaron otro crecimiento. Cuando nuevamente comenzó a bajar, luego de 24 horas se estancó y experimentó un pico que se estabilizó en 4,26 metros. Como en este último caso, la inundación también duró una semana con una segunda altura máxima de 4,37 metros. Después de lo ocurrido, se realizaron algunas movilizaciones protagonizadas por inundados. Como respuesta, se prometió un sistema de alertas a partir de un acuerdo entre Municipio, universitarios y el Instituto Nacional del Agua. Nunca se cumplió.
Pero todavía faltaba más. A fines de mayo el río desbordó por sexta vez en el año y generó casi 100 evacuados. Alcanzó su pico en 3,65 metros y permaneció estancado un día.
Un leve desborde hizo regresar el alerta por el río a mediados de julio. En ese marco, vecinos e instituciones enviaron una carta a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández. En el escrito le pedían soluciones. En agosto, Inundados de Luján volvió a denunciar canales clandestinos río arriba y semanas después apuntaron contra un terraplén construido para proteger una cancha de golf en Everlinks.
Al mes siguiente, en el marco del anuncio de la Policía Local, el gobernador Daniel Scioli estuvo en Luján y recorrió el desmalezamiento que se efectuaba en el río. "Sabemos que esto da tranquilidad y seguridad a las familias que viven cerca del cauce del río y que cada vez que se daba una tormenta fuerte estaban con una gran angustia e incertidumbre". También en esa oportunidad el vicegobernador Gabriel Mariotto manifestó su orgullo por los trabajos que se desarrollaban en los márgenes del río. "La obra se hizo y está muy bien, pero nunca nos quedamos conformes, porque enseguida lanzamos nuevas utopías".
A pesar del optimismo oficial, entre fines de octubre y principios de noviembre el río volvió a dar malas noticias cuando se registró la que hasta ese momento era la mayor inundación de los últimos 29 años. Pocos meses después, ese dudoso record fue superado.

MÁS ATRÁS
La de esta semana fue la cuarta inundación más importante de los últimos 50 años, solo superada por la ocurrida en 1967 y las dos de 1985.
En octubre de 1967, los 232 milímetros caídos en el transcurso de tres días provocaron la evacuación de unas 350 personas, que fueron alojadas en diferentes puntos de la ciudad, entre ellos el Club Santa Elena. En esa oportunidad, el río alcanzó los 5,80 metros.
Durante la década del 80, los problemas provocados por las inundaciones fueron repetidos. En septiembre de 1982, una copiosa lluvia inundó barrios y localidades, con 52 familias evacuadas. El cauce subió 3,90 metros.
En 1984 tuvieron lugar dos inundaciones de considerables proporciones. En marzo, la crecida del río derivó en la evacuación de 401 vecinos, con un pico máximo de 4,84 metros. A fines de octubre de ese año, el río volvió a traer complicaciones al subir 4,27 metros.
Sin embargo, lo peor estaba por venir. En 1985 Luján registró dos record históricos, al menos según los datos de los últimos 50 años. En mayo la inundación provocó 4 mil evacuados. La marca del río fue de 6,25 metros. De todos modos, en noviembre del mismo año el cauce registró un incremento de 6,40 metros. El distrito contó con 300 evacuados, 6 mil autoevacuados, un total de 19 mil personas afectadas y 160 hectáreas alcanzadas por el agua. Además de las zonas que normalmente padecen el avance del río, esa inundación alcanzó a los barrios San Cayetano, Juan XXIII y San Bernardo.
En el repaso histórico de la década del 80, las mediciones indican que en octubre de 1986 la crecida hizo subir al río a 4,79 metros, como consecuencia de los 213 milímetros caídos, 108 en un solo día. Esa inundación coincidió con la tradicional peregrinación juvenil, lo que complicó las evacuaciones, que llegaron a 90, mientras que 3 mil personas abandonaron sus casas. Dos años después, los 298 milímetros de agua caídos en cuatro días generaron una crecida de 5,52 metros. El descenso del río fue tan lento como había crecido. Se registraron 252 evacuados en el Polideportivo, como así también autoevacuados en el Club Santa Elena y en la sociedad de fomento del barrio Padre Varela.
Después de algunos años de respiro, en octubre de 1991 se registró otra crecida, aunque sensiblemente menor a las anteriores. Esa vez el río trepó hasta los 3,68 metros, suficiente cantidad para anegar Fray Manuel de Torres.