Robo en una vivienda de barrio San Bernardo

Una familia salió a dar un paseo y cuando volvió se encontró que habían entrado ladrones. Sucedió el sábado por la tarde en Joaquín V. González al 700 entre Payró y Echeverría.

Poco más de una hora y media fue suficiente para que ladrones desvalijaran una vivienda en barrio San Bernardo. El sábado, entre las 17 y las 18.40, una familia que reside en Joaquín V. González al 700 salió a dar un corto paseo. No fueron muy lejos. Cuando regresaron del parque San Martín, se encontraron con  un gran desorden en las dos plantas que conforman el inmueble.

Habían entrado ladrones. Presuntamente, serían menores. Un indicio que sustenta esta sospecha hay que buscarla en el espacio que tiene el enrejado de la ventana, lo que explicaría el tamaño del cuerpo que se introdujo para poder acceder al interior de la vivienda.

Estela Monzón de Cogo, vecina damnificada por este hecho, le contó a EL CIVISMO que al llegar a la casa vio que estaba el vidrio roto y la ventana que da al comedor abierta. La escena, por lo tanto, había sido alterada.

 A pesar de que la vivienda cuenta con sistema de alarma, en esta ocasión no la habían activado. “Era ir al parque y volver”, dijo la vecina, sin llegar a imaginarse lo que estaba por pasar cuando el grupo familiar se alejó del hogar.

Por un cuadrado que forma el enrejado había logrado pasar un cuerpo pequeño o delgado. “Debe haber sido una persona delgada o muy chiquita. Nos encontramos con todo revuelto. Los placares de las habitaciones de abajo abiertos, papeles tirados y se llevaron más que nada cosas electrónicas: la tablets, celulares, una notebooks, dos play, cadenitas de oro que eran regalos cuando habían nacido mis nenes, una medallita y algo de dinero”.

A la hora que ocurrió el hecho en la cuadra no andaba nadie en la calle. Los vecinos, por su parte, permanecieron en sus viviendas. Casi nadie vio nada extraño, salvo una señora que observó la presencia de unos menores que merodeaban por la vereda en bicicleta, presuntamente jugando.

Al parecer, el o los autores del ilícito habrían saltado un portón de una casa lindante para enseguida cruzar al jardín de la entrada de la familia Cogo, romper el vidrio de la ventana, y una vez sorteado este obstáculo, acceder al interior de la propiedad. “Suponemos que uno estaba adentro y le alcanzaba las cosas a otro afuera, que estaba vigilando. Creemos que fueron chicos porque el revuelo que hicieron era como que buscaban dinero”, dijo Estela.

La Policía fue llamada y se dirigió al domicilio donde constató el suceso. La familia Cogo dejó asentada la denuncia en la Comisaría Luján Primera y ahora trata de recuperarse de las pérdidas sufridas.

Mientras tanto, Estela comentó que en el barrio otros vecinos han sido blanco de hechos similares. “Estamos todos alarmados. A la chica de la esquina (Payró y Joaquín V. González) este año le entraron por atrás y le llevaron la play pero es como la tercera vez que le entraron, en otra casa a la vuelta también robaron”.

“Te genera como mucha impotencia porque si bien las cosas materiales las reponemos, mi hija de 9 años tiene miedo pero también porque acceden a tu privacidad, ven lo que tenés…”, sostuvo. 

Cambio de hábitos

El sector del barrio San Bernardo donde ocurrió el robo es una zona tranquila, con poco movimiento en las calles, pero esto no implica necesariamente que sea seguro. O, al menos, así lo entienden los vecinos que allí residen.

Por ejemplo, la vecina afectada por el ilícito comentó cómo fueron modificados ciertos hábitos a raíz de la inseguridad de la que no está ajena prácticamente ningún lugar de Luján. En este caso, dijo que si tiene que ir al supermercado toma precauciones a partir que supo que una mujer fue asaltada por “motochorros” en la puerta del comercio.

“Antes a las ocho o nueve de la noche caminaba re tranquila pero ahora si tengo que ir al supermercado de los chinos voy con el manojo de llaves en la mano por si alguien me quiere hacer algo, me defiendo y le rayo la cara. Cuando me vengo del centro, que son 15 cuadras, me tomo un remís aunque tenga que tardar media hora en lugar de 15 minutos que tardo caminando. Frente a la cancha de paddle y a pesar de que estaba lleno de gente, paró una motito, le sacaron el bolso a una mujer a punta de revólver y la lastimaron toda. O escuchar todos los días que a chicas que viven solas y estudian les roban el celular o la cartera. Andan en motito y salen rápido a Gaona”.