A5: una inauguración antes de tiempo

Los vecinos del barrio Luna continúan sufriendo los problemas de conectividad porque Vialidad interrumpió una conexión provisoria. Además de la falta de señalización en puntos estratégicos, a la altura de Jáuregui todavía no concluyó la conexión entre la autopista y la ruta.

Si bien el jueves 10 de noviembre se realizó el acto de inauguración de un tramo de la Autopista 5, un recorrido por la zona permite constatar distintos inconvenientes y sectores donde todavía se efectúan trabajos parciales. A los graves problemas de conexión que padecen los vecinos del barrio Luna, se suma una cartelería insuficiente y tareas a medio hacer en el ingreso a Jáuregui. Si se pretende llegar a la localidad desde la vieja traza de la Ruta 5 se debe atravesar tres o cuatros pozos en forma de palangana que obligan a transitar a paso de mula. 

En cuanto al primero de los problemas, poco después de terminado el acto encabezado por el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal se cerró el paso provisorio que permitía a los habitantes del Luna un acceso directo a la nueva rotonda construida detrás de la ex Vandenfil. Ese paso, conocido como “bypass”, había resultado la respuesta oficial y transitoria al reclamo de los vecinos que incluyó un corte de ruta. Pero cuando las cámaras de los principales medios nacionales abandonaron la zona y el helicóptero presidencial levantó vuelo, el cruce fue interrumpido por un guardarrail que recorre ese sector de la rotonda en forma semicircular.

Ahora, para ingresar al barrio deben recorrerse en promedio unos 1.500 metros extras, distancia que se extiende todavía más para aquellos que viven en zonas alejadas de la conexión entre Pascual Simone y Ruta 47, única vía de entrada y salida.

“La situación sigue igual o peor. Hace dos meses venimos con reuniones entre los vecinos y con ingenieros de Vialidad para que expliquen en detalle cómo iba a ser la traza. Después de eso nos reunimos con funcionarios municipales y con el intendente. El subsecretario (Sergio) Fernández vino a la reunión y nos prometieron una solución provisoria para poder cruzar la autopista. La solución provisoria duró unos días. Pusieron un guardarrail y ya no se puede cruzar más hacia la rotonda”, explicó Rodrigo, un vecino del Luna.

Comentó que las nuevas obras de la autopista implican “un desvío bastante grande, según donde vivís, de 2.000 metros, lo cual es un trastorno porque es muy poco práctico”.

“La verdad lo que se hizo fue terminar lo que faltaba de asfalto, inaugurar y nosotros quedamos literalmente aislado, no hay manera de cruzar a Hostería o Los Gallitos. Estamos tratando de reorganizarnos con los vecinos y seguir con la gestión de ir al Municipio, juntarnos con los concejales, conseguir apoyos. Desde un primer momento cuando nos reunimos con el intendente nos dio una buena impresión, se puso bastante de nuestro lado. Ahora exigimos la intervención real del Municipio mediante las herramientas a su alcance para que los vecinos tengamos garantizado el ingreso y egreso del barrio”, explicó.

El vecino agregó que “quedó todo así, inauguraron y chau, desde la inauguración no vi una máquina, la única que apareció fue para poner el guardarrail”.

“Actualmente el panorama es bastante incierto porque no vemos máquinas trabajar, no se acercó nadie a nosotros, no vino más el subsecretario de Obras Públicas a decir por qué no nos están garantizando un ingreso lógico al barrio como habían prometido. Estamos en la nada, no hay ninguna respuesta”, agregó.

Rodrigo consideró que el planteo de los vecinos se trata de “algo lógico, porque si tenés una autopista que atraviesa un barrio, no hace falta ser ingeniero para imaginarte un puente de conexión”.

“Creo que el bypass sirvió como un consuelo durante dos días para que nosotros nos calmemos y pudieran inaugurar la autopista. De hecho, vinieron, inauguraron y cerraron el bypass”, opinó.

En cuanto a la proyección final de la obra, el vecino indicó que “la primera vez que nosotros nos reunimos con los ingenieros de Vialidad Nacional nos hicieron tener una idea de cómo va a ser la obra final”. En ese sentido, “nos mostraron algunos bocetos, pero no tuvimos acceso a ningún documento original que nos diga cómo iba a ser la obra”.

“De hecho, el Municipio difundió un boceto, pero no tenemos nada concreto. Lo que nos comentaron los ingenieros fueron indicaciones generales. Lo que entendimos es que con la obra totalmente terminada los vecinos de los barrios Luna, Los Gallitos, Parque Lasa y El Tala iban a poder usar las colectoras para entrar y salir, pero eso todavía no está. De hecho lo que hicieron fue trasladar todo el nudo de autos de la Ruta 5 a unos 600 metros más cerca a nuestro barrio. No sé para qué ha servido más que para una cosa política de venir y cortar la cinta. A los vecinos todo esto nos perjudicó bastante”, expuso.

El vecino reiteró que “lo que pedimos es lo que podría pedir cualquier vecino de otro barrio en esta situación”. Dijo que “no estamos pidiendo asfalto o iluminación, sino simplemente un ingreso y egreso normal. El reclamo es genuino y justo”.

Queda por dilucidar, además, el impacto que la obra tendrá en el flujo vehicular durante las jornadas de gran caudal de tránsito, especialmente los domingos a la tarde. Si bien la doble vía agilizará muchísimo el recorrido hasta la altura del barrio Luna, donde termina la autopista, el tramo entre la nueva rotonda y la vieja (ubicada en Lorenzo Casey) por la Ruta 47 amenaza con transformarse en un embudo que no mejore en nada los históricos problemas de embotellamiento.       

ENTRE POZOS

El apuro por dejar inaugurado el tramo y promocionar luego que se cumplió con el plazo prometido se expresa en una notoria falta de señalización en algunas zonas claves. Por ejemplo, en la rotonda de la avenida Lorenzo Casey, recién este viernes se colocó un cartel que señala la dirección para conectar con la autopista, previo desvío por la Ruta 47.

Algo parecido le ocurre a quienes vienen desde Mercedes y pretenden dirigirse a barrios como La Hostería. Como el empalme entre la autopista y la ruta no está concluido, deben bajar en el barrio Loreto, cruzar el puente de ingreso a Jáuregui y desviar hacia la derecha, donde los espera un camino de mano y contramano. Ningún cartel ayuda desde la autopista a recorrer exitosamente ese empalme.

Por otra parte, el último tramo de la ruta antes de llegar a Jáuregui constituye un verdadero peligro. Una delgada y precaria capa de asfalto, habilitada meses atrás inicialmente para desviar el tránsito mientras concluía el empalme de los dos tramos de la autopista, amaga con transformarse en la conexión permanente para los automovilistas que pretendan trasladarse, por ejemplo, entre Jáuregui y La Hostería. El tamaño de los pozos va aumentando en los últimos 300 o 400 metros. Este sábado por la mañana, esa zona destrozada comenzó a ser tapada con tierra.

El escollo final antes de perfilarse hacia el camino de ingreso a la localidad es una especie de palangana delimitada por las capas de asfalto que dejaron de estar horizontal para formar pequeñas paredes verticales. Allí, los autos reducen su velocidad a paso de hombre. Es el final de la Ruta 5.