San Cayetano: caso por violencia de género

Luego de que la Policía informara sobre la incautación de numerosas armas de fuego en un domicilio del barrio San Cayetano, desde la Defensoría de Género de Luján explicaron que el hecho se enmarca en un caso grave de violencia sufrido por una vecina de nuestra ciudad.

Luego de que la Policía informara sobre la incautación de numerosas armas de fuego en un domicilio del barrio San Cayetano, desde la Defensoría de Género de Luján explicaron que el hecho se enmarca en un caso grave de violencia sufrido por una vecina de nuestra ciudad.  

Los hechos se remontan al pasado mes de agosto, cuando “la Defensoría de Género de Luján acompaño la decisión de Felisa de denunciar por primera vez a Diego González, su ex pareja y progenitor de su único hijo, un violento que le arruinó la vida de los modos más aberrantes y que hasta el día de ayer competía en el Tiro Federal Argentino”.

“El caso fue tomado con absoluta cautela por parte de la organización debido a que cualquier represalia podía significar un final trágico. En agosto de 2016, González la molió a golpes luego de que Felisa intentara rescatar a su hijo, ya que aquel lo encerró y se fue de la casa con la llave. Luego de la correspondiente denuncia en la Comisaría de la Mujer, lo único que obtuvo fue una restricción perimetral de 50 metros por considerar que Felisa estaba violando la propiedad de González y por lo tanto las agresiones debían ser recíprocas. No nos quedamos conformes con la medida resolutoria”, señalaron.

Junto a la víctima, la Defensoría del Pueblo denunció “cada una de las violaciones a la medida perimetral con testigos, además de denunciar que González guardaba todo tipo de armas de manera ilegal en su domicilio de la calle Saavedra en el barrio San Cayetano”. “Las denuncias una tras otra fueron cajoneadas, en una clara connivencia con los representantes de la fuerza. La familia González posee parte de su clan dentro de la Comisaría, que incluso difundía información detallada de las denuncias que Felisa realizaba. La madre de González se había convertido en la principal portavoz del violento”, revelaron.

El viernes 11 de noviembre, en el marco de una intervención de las Defensorías de Género en el barrio Juan XXIII a la que Felisa asistiría como miembro de la organización, “fue "visitada" persecutoriamente por varios patrulleros dos veces en el mismo día con el argumento de realizar un Informe Socioambiental, seguido por un interrogatorio a los vecinos acerca de la conducta diaria de Felisa”. Desde la Defensoría de Género denunciaron la intimidación aclarando que “la fuerza policial no realiza Informes Socioambientales”.

Además, indicaron que “durante estos años y con continuidad en estos últimos meses, González tenía la práctica de apuntar con armas desde la puerta de su casa hacia el domicilio de Felisa y tirar al aire (viven en domicilios enfrentados). Le tiró encima su moto en más de una oportunidad, le advirtió que sus "amigas" de La Defensoría podían terminar prendidas fuego adentro de un "Fitito" y como coronación, le envió una foto con el hijo de ambos dormido, con una escopeta de mira telescópica apoyada sobre su cuerpo”.

Por otra parte, criticaron el accionar algunos de los organismos encargados de dar respuestas a las víctimas. “Nos reunimos con la Subdirección de Género, que no supo canalizar una sola de las inquietudes de Felisa, quien nunca fue citada por los equipos técnicos. El Servicio Local le comunicó a Felisa que "al haber una madre garantizando los derechos de su hijo, ellos no tenían injerencia". Un discurso absolutamente verídico ya que se repitió con otros dos casos que llevamos adelante”.

“Las denuncias comenzamos a realizarlas en Fiscalía de Luján y recibimos una respuesta humillante por parte de la ayudante de fiscal María del Rosario Lazzari que culpabilizó en todo momento a Felisa y sugirió en tono amenazante que debía primar el vínculo del niño con su progenitor”, agregaron.

Por último, subrayaron que “seguimos adelante con nuestro accionar pese a todas las trabas de la justicia patriarcal que seguía responsabilizando a la víctima de las acciones del violento. Fueron necesarias tres denuncias en Fiscalía para que se diera curso a la investigación que finalizó con el allanamiento y la posterior incautación en el día de ayer de más de una decena de armas en el domicilio del agresor. Diego González se encuentra demorado, y seguramente espere la investigación en libertad, cuestión que consideramos de extremo peligro”. “Si tocan a una, respondemos todas. Si no hay justicia, hay escrache”, concluyeron.