"El negocio siempre lo manejaron muy pocos"

Días atrás, la Municipalidad difundió detalles de un "Plan Tambero Familiar". A raíz de la iniciativa, EL CIVISMO dialogó con un productor para conocer su realidad.

La Secretaría de Producción y Turismo de la Municipalidad de Luján informó detalles de lo que dieron en llamar “Plan Tambero familiar”. Según indica la gacetilla el objetivo general es “atender las necesidades de los tamberos familiares para mejorar la situación de producción, elaboración y comercialización en el marco de la normativa vigente o generando las adaptaciones necesarias para la agricultura familiar, y que se materialicen en una mejora de las condiciones de vida de la familia rural”.

En la etapa actual se están relevando tambos familiares de hasta 100 animales totales. Se realizan entrevistas para desarrollar el sangrado y la prueba de tuberculina, la cual será realizada por técnicos de la Secretaría de Agricultura Familiar, dependiente de la Delegación Buenos Aires del Ministerio de Agroindustria de Nación. El plan consiste en detectar los animales positivos a brucelosis y tuberculosis, para poder ser eliminados de los rodeos. El costo de esta etapa es cero pesos. Y los interesados deben comunicarse con el ingeniero Folmer Manzano de Agricultura Familiar del Ministerio de Agroindustria de la Nación o inscribirse en la Oficina de Producción y Turismo, ubicada en la Cúpula, para acceder al plan que se detalla.

Sin embargo, la difusión de esta política invita a conocer a qué universo llega esta actividad en el partido de Luján. Según pudo saber EL CIVISMO ante consultas en el sector, en los últimos años la cantidad de productores lecheros bajó de modo considerable.

Se estima que hoy en Luján quedarían alrededor de 30 tambos “pequeños” y apenas unos 5 productores que, por la cantidad de animales y litros de leche diarios, podrían considerarse “grandes”. El resto no pudo enfrentar un mercado absolutamente manejado por las empresas productoras y los supermercados, que son los que establecen todas las reglas de juego. De hecho, días atrás cerró uno de los establecimientos emblemáticos de la zona: Las Liebres, cercano a Olivera. Mandó sus animales a remate.

Carlos Erramuspe es productor tambero, con uno de sus tambos en la zona de Carlos Keen y el otro en Cortínez. Y si bien sus establecimientos están libres de tuberculosis desde hace cerca de 20 años, está al tanto del plan que difunde la Municipalidad local. Aunque amplía el marco de los problemas que enfrenta el sector.

“La situación es similar y compleja desde hace años. Lo que ahora agravó y llevó a muchos tambos a una crisis fue el proceso inflacionario del año pasado y este año. En 2016 podríamos decir que el precio de la leche acompañó a la inflación y subió su precio entre el 50 y el 55%, no sucedió lo mismo el año pasado. Entonces se arrancó desde muy atrás con un muy mal precio”, explicó.

“Eso sucede hoy, pero el negocio de la lechería siempre estuvo y está manejado por muy pocos: la industria y los hipermercados. Entre ellos se echan culpas y los productores quedamos en el medio”, afirmó Erramuspe.

El productor indicó que “los productores enfrentamos otro problema que es la falta de representación. Hay varias entidades y en definitiva no representan a nadie, porque sostienen sus ideas y llevan agua a su molino”.

“Algo histórico es que desde la lechería producimos algo en lo que no tenemos el más mínimo manejo. Es una mercadería perecedera que hay que vender de inmediato y tenés cero manejo de tu producción. Lo único que podrías llegar a hacer es cambiarte de industria y dejar de venderle a uno para venderle a otro, pero no más que eso. No hay forma de stockear”. 

- ¿Y dar el salto para una producción propia?

- “Bueno, es una opción pero no es fácil para los tambos de producción importante. Hay que montar una gran infraestructura, bien armada. Para procesar, por ejemplo, 10 o 12 mil litros de leche necesitás armar una planta bastante interesante. Supongamos que querés producir muzzarella y dulce de leche o queso fresco, que es lo más básico. Necesitás cámaras, máquinas. Lo que armes para salir a hacer venta directa o indirecta. Son muchos requisitos. Entonces los productores quedamos expuestos a lo que impone la industria. Perdón, a lo que impone la industria grande”. 

- ¿Qué respuestas uno puede encontrar si se pregunta por qué hay productores que, en un contexto tan hostil, siguen con sus tambos?

- “Cada uno al que preguntes tendrá una respuesta diferente. En nuestro caso, pasa por una cuestión de eficiencia. Nosotros trabajamos hace años en tratar de mejorar el rendimiento. Por eso aumentamos la carga animal por hectárea y con eso, en comparación con poco más de 10 años para atrás, hemos duplicado lo que esa misma tierra nos genera en producción. Eso se logró agregando animales pero también siendo eficientes en la mejora de muchas cosas. Ahí el negocio se acomoda un poco. Pero para lograrlo hizo falta mucha inversión que no salió de la propia producción. Fue dinero que hubo que poner proveniente de otro lado. Y no todo el mundo pudo hacer eso”. 

- Por eso es que se escucha sobre cierre de muchos tambos en los últimos años.

- “Exacto. Lo más fácil era tomar la otra decisión: cierro el tambo y alquilo el campo para que hagan agricultura. El riesgo lo asume otro, yo no reniego más y cobro por un alquiler. Pero también está la gente que le tiene amor a la producción de leche y no quiere desprenderse del tambo. Entonces trata de pelearla, porque saben que si desarman el tambo es algo que no vuelven a instalar más. Hoy armar un tambo de cero es imposible. La única manera que le encontramos nosotros es ser eficientes y poder posicionarte distinto en el negocio”.

- ¿Qué rol ha asumido el Estado?

- “Lo único que han hecho siempre fue tirar una soga muy corta, con subsidios. Cada tanto los ofrecían y eso es lo más sencillo. Lo dan o lo quitan de un día para otro. El resto sería intervenir en la cadena para ponerse a defender a los cuatro locos que somos los productores, comparados con los que mueven las industrias y los hipermercados. Ni desde este gobierno ni los anteriores se mostraron dispuestos a analizar los eslabones de la cadena para saber quién se queda con la mayor tajada. Pero no se van a poner en contra de la industria, seguro. Y la otra es que salvo los productores, porque somos los más perjudicados, el resto no estará dispuesto a mostrar sus números”.