Pueblo Nuevo apuesta al fútbol y la inclusión

Surgida en 2006, la institución promueve el deporte y la integración de más de 110 chicos y 15 chicas de la localidad. Un trabajo cotidiano y silencioso que trasciende la enseñanza del juego y se amplía a la transmisión de valores.

Además de brindar a los chicos la posibilidad de desarrollarse en la práctica del deporte, las más de veinte escuelas de fútbol infantil que existen en el distrito realizan una importante tarea de inclusión social. En Pueblo Nuevo, desde 2006, este trabajo lo lleva adelante el Club Defensores, integrando a más de 110 chicos y 15 chicas de la localidad que comparten su amor por la pelota pero también el placer de jugar y sentirse parte de un equipo.

“La escuelita surgió a partir de la necesidad de contar con un espacio para que los chicos del pueblo pudieran practicar y desarrollarse en el fútbol”, explicó a este medio Mauro Allendes, presidente de la Subcomisión de Fútbol de la institución que funciona en el seno del club ubicado en Tropero Moreira y San José. “Antes solían ir a los clubes de Cortínez y Jáuregui, por eso la necesidad de contar con una escuelita acá”, completó.

Allendes se sumó a la actividad “hace cuatro años, por mis hijos, que querían jugar al fútbol. Nos juntamos los padres y tratamos de generar un espacio donde los chicos pudieran jugar al fútbol, con el apoyo de la gente del club. Desde el comienzo comenzamos a competir en ACIFO (Asociación de Clubes Infantiles del Oeste). Fue duro porque había pocas categorías y si bien había un espacio físico, había mucho por hacer”, señaló.

La labor cotidiana de la Escuela requiere mucho esfuerzo y compromiso por parte de la Comisión, que debe atender las necesidades de todas las categorías, desde los más chiquitos hasta los juveniles. “Hay mucha gente trabajando en un proyecto de estas características. Tenemos un entrenador por categoría y yo colaboro con todos. Se entrena de martes a viernes y se juega los días domingo”, indicó Allendes, en tanto destacó que “también tenemos un equipo de fútbol femenino, con chicas de 11 a 15 años, que está empezando a dar sus primeros pasos y es un orgullo”.

La actividad se sostiene a partir de los recursos “que se recaudan durante los partidos, ya sea por entradas o por venta de mercadería en el kiosco o la cantina. Cuando hay situaciones especiales, como la necesidad de comprar camisetas, hacemos eventos como ventas de pizzas, polladas o rifas. Ahora estamos buscando instalar luces nuevas y ya tenemos comprados los materiales para hacer la nueva cantina. También nos gustaría a mediano plazo mejorar nuestra cancha principal”, se ilusionó Allendes.

En la Escuela saben que su trabajo no pasa solo por lo deportivo, sino que lo trasciende: “Hacemos mucho hincapié en los valores. Quizás no tengamos muchos éxitos deportivos, pero tenemos muchas satisfacciones a nivel personal por la conducta de los chicos. Es algo básico para formar equipos y grupos de trabajo. Lo demás viene después. Pero con chicos educados, todo es más ameno”.

Evitar la presión desmedida y el exitismo también está dentro de los objetivos de la entidad deportiva: “Cuando nos juntamos con los técnicos siempre decimos que la clave es saber que los chicos están jugando. Entonces, el deber nuestro es armar una herramienta de diálogo y aprendizaje que esté basada en eso. Eso también es parte de los valores. Son chicos con ropa de grandes, pero siguen siendo chicos”, afirmó el titular de la Subcomisión de Fútbol.

“Es una tarea muy sacrificada, pero los fines de semana sentimos mucha satisfacción cuando vemos a los chicos jugando y divirtiéndose, más allá de los resultados. Los chicos están en un lugar contenidos, con mucho respeto y nosotros también nos divertimos”, concluyó Allendes.