Malvinas: una visita a la sala permanente

En el barrio Sarmiento, funciona este espacio que el Centro de Veteranos de Guerra inauguró el año pasado. El próximo 15 de abril se abrirá la muestra de fotos sobre Malvinas. La sala está el Lorenzo Casey y Dr. Merlo.

El Centro de Veteranos de Malvinas de Luján abrió en 2017 la Sala permanente sobre Malvinas que rememora los acontecimientos sucedidos en 1982 cuando un grupo de jóvenes fue llamado a pelear por la Patria. Así lo hicieron entonces. Regresaron al continente y fueron recibidos como héroes, aunque para ellos los únicos héroes son quienes perdieron la vida y permanecen en suelo malvinense. Hoy pasaron 35 años y la huella de la guerra es una estela en el enorme cielo azul. Y junto al triste recuerdo, el consuelo para los sobrevivientes del trágico suceso es hacer honor a los caídos y actuar en su memoria.

Julio Mena y Ramón Cuarenta lo saben y asumen ese rol al pie de la letra. Desde la entidad a la que representan son fieles servidores de la comunidad. Hace un par de años adquirieron una cocina de campaña que pusieron a funcionar durante las inundaciones, con el pesar que ese momento significó para tantas familias de Luján. Entonces preparaban y entregaban un plato de comida caliente a los evacuados. Y desde ese momento, y todos los años, continúan con esa tarea y cocinan busecas para que escuelas y jardines de infantes recauden fondos.

Es una contribución que a lo largo de este tiempo le ha dado al centro de veteranos la confianza de ser una institución reconocida. “Fue la primera que se conformó en Luján. Después nacieron las otras dos (la Asociación de Veteranos y la Unión de Veteranos)”, señala su presidente, Julio Mena.

El año pasado, el centro inauguró una sala con recuerdos de aquella época. No son instrumentos, ni ropa, ni elementos que hayan estado en Malvinas, “lo que se usó en Malvinas quedó allá, no hay nada que se haya traído”, aclaran. Son réplicas reconstruidas por el Ejército, ropas que no se usaron, hay armas hechas con piezas diferentes, como muestra. Hay un maniquí vestido como soldado. Están los bolsos, frazadas, carpas, que cargaban en la mochila. Y hay fotos del regreso, cuando atravesaban la Ruta 5, cuando llegaron a la Basílica, cuando fueron recibidos en Luján. Un libro sobre Malvinas escrito en Braille; y revistas, tantas, que contaban lo sucedido.

“El museo fue un proyecto mío; un día comento en el centro la propuesta y decidieron empezar”, contó Julio Mena a quien le llevó tres años poner en marcha la sala que funciona en su casa. En el garaje donde antes se reunían con amigos, hoy están dispuestos los elementos del, más que museo, proyecto educativo que los colegios y jardines visitan con frecuencia.

“De todas estas cosas, no hay nada que venga de Malvinas; las cosas de Malvinas, todo quedó allá. Son elementos que se usaron pero no los que se llevaron allá. Lo único que hay de Malvinas es esto que está en ese cuadro: una cruz que me la dieron a mí cuando era soldado de Malvinas, el cuchillo que lo encontré en el año 2009 cuando fui, y  piedras que yo traje y tierra de las islas. Pero en sí, de la guerra no hay nada. Se fue comprando todo lo que está acá”, aclara Mena mientras señala un cuadro colgado sobre el dintel de la puerta de entrada a la sala.

El proyecto, no obstante, continúa. Este año, el 15 de abril, quedará inaugurada una muestra de más de 500 fotos de Malvinas, tomadas durante la guerra y después, cuando se llega al momento del recuerdo y a la etapa de malvinización que los veteranos llevan hoy adelante.

“Nosotros siempre decimos, algún día no vamos a estar más, los veteranos se van a terminar por ley de la vida. Y qué vamos a dejar; tenemos que dejar la causa bien plantada, lo mejor que podemos hacer es esto, hacemos todo lo que podemos y lo mejor que lo podemos hacer, siempre trabajando en honor  a nuestros compañeros y al servicio de la gente”, agregan.

En el centro son 17 miembros que se reúnen en calle Güemes 1073. “Nosotros tuvimos la desgracia de malas gestiones de los veteranos en la institución, que prácticamente la destruyeron. En 2011 quedábamos 5 veteranos y dijimos, vamos cada uno para su casa o nos ponemos a trabajar en serio. El trabajo nuestro es devolverle a la gente todo lo que ellos nos dieron en el 82. El abuelo, el papá, todos, mucha gente que nos mandó cosas”, señalaron.

La sala está en Dr. Merlo y Lorenzo Casey. Contacto para visitas: 15 612156.

 

Qué se puede ver en la sala permanente sobre Malvinas

Armas

Réplica de una ametralladora que se usaba en Malvinas: “Le explicamos a los chicos qué función cumplía y cuántos la llevaban, porque para llevar una ametralladora se necesitan tres hombres: uno que la carga, que es el que tira; otro que lleva las municiones que son dos valijines y una caja; y el tercero lleva la base que son tres patas.

Un fusil: “son réplicas exactas que hizo el Ejército, que tiene la posibilidad de comprar repuestos de armas”

También hay bombas antitanques, “que van adentro del fusil; se dispara con munición de fogueo, se mide la distancia, pega en el tanque y lanza 1100 grados de calor”, explica Julio.

Equipo

Un soldado lleva: el bolsón porta-equipo con la bolsa cama, la mitad de una carpa con tres palos, una frazada, una capa poncho, y una muda de ropa. En la bolsa de rancho lleva el plato, el jarrito, la caramañola, y la pala que va colgada del cinto, más el armamento.

También hay equipos de radio, prismáticos, “hay uno que tiene un rayo que indica la distancia a la que está el enemigo. Equipos de radio que lleva el soldado que va adelante en la espalda, y le va informando al jefe a qué distancia y qué cantidad de soldados enemigos están avanzando”.

Asientos de avión

“Cuando nosotros viajamos a Malvinas, fuimos en aviones de pasajeros, y a esos aviones les quitaban las butacas para que fuéramos todos los soldados, íbamos sentados en el piso”, agrega el presidente del centro de veteranos.