"No queremos fábrica de escupir productos"

Detalles del funcionamiento de la Comercializadora de Luján, un emprendimiento de venta que reúne a pequeños productores, cooperativas y fábricas recuperadas, con la idea de ofrecer mejores alimentos, a buen precio y con más margen de ganancia digno para los trabajadores.

La Comercializadora nace de un proyecto en el marco de un convocatoria a nivel nacional llamada Cooperativismo y Universidad. Es un desprendimiento de la Secretaría de Políticas Universitarias, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación. “La idea de esa convocatoria es disponer de fondos y de la capacidad técnica de las universidades al servicio de las cooperativas, sobre todo para alternativas productivas y de comercialización. La UNLu recibió el proyecto redactado por muchas personas y se aprobó”, explica Nadia Sakellaropoulos, una de las caras visibles de la Comercializadora de Luján.

Detalla que “los sistemas de comercialización actuales, como las grandes cadenas de supermercados y la manera de producir en general están trastocados, porque se maneja como si fueran una fábrica que escupe alimentos, cuando en realidad hay gente detrás de eso. Por su parte, la cantidad de intermediarios que suele haber entre el productor y el consumidor son tantos que el alimento termina muy caro para el que compra y la paga para el que produce es increíblemente baja. Buscamos achicar esa brecha y darle espacio a los pequeños productores, cooperativas y fábricas recuperadas, que tienen una valorización distinta del trabajo. Saber que el que produce es una persona y por eso no queremos perder el contacto con ellos”, detalla Sakellaropoulos.

El Centro Cultural Artigas era parte de la idea original. “Ese sitio estaba como fijo para comercializar. En la Comercializadora, los más ligados al proyecto somos cinco personas. Más el contacto dentro del Artigas. Somos Juan Ignacio Antonini, encargado de compras y relación con productores, yo soy encargada de la parte de ventas y de los números, además de sostener el contacto con los productores hortícolas de Luján, por conocer a los que integran la Colonia de la UTT. Javier Dimateo tiene experiencias en otras comercializadoras; Raúl Berón es el encargado de alimentos cooperativos y Germán Miguez que durante casi un año se encargó de la venta de los bolsones de la Colonia de la UTT”, indicó la encarga de las ventas. Aunque aclara que “más allá de las funciones, nos cubrimos entre todos. Y si bien de antemano no nos conocíamos, se armó un muy buen equipo, coordinado. Creo que eso responde a que todos tenemos el mismo objetivo y los mismos ideales”.

Como participantes indirectos están los productores, cooperativas y fábricas recuperadas. Además la Comercializadora “da prioridad a lo agroecológico, por salud y por fomento de un sistema de producción amigable con el medio ambiente y con la vida de los productores”.

Un detalle de los productos y sus orígenes permite comprender el valor diferencial de la Comercializadora. “La yerba viene de una cooperativa agropecuaria y forestal de Aristóbulo del Valle, en Misiones. Traemos productos de Crece del pie, una cooperativa de Mendoza, que logró agregado de valor para dar trabajo en contra temporada y lograr que las nuevas generaciones se queden en el lugar. Trabajamos con la UST, de Mendoza, que tienen un modo de producción similar y cosas que llegan de La Rioja, de una cooperativa chiquita que además compra productos a otros en la zona. Miel y dulce de leche de cabra nos llega del Movimiento Campesino de Córdoba. El aceite es de Cruz del Eje, Córdoba, de una cooperativa que también fabrica algodón con productores del noroeste de Córdoba”.

La lista sigue. “Los fideos son de Pasta Sur, fábrica recuperada en Quilmes, Buenos Aires. Harinas vienen de la chacra Montefiore, de Santa Fe. Los lácteos son de la cooperativa La Salamandra, que es local, o de Fabrale, de Areco. Cosmética Natural la vendemos de Kuma, chicas de Open Door que cultivan sus plantas y trabajan en cosmética natural. Algunas cosas cocidas vienen del MTD de Hulingham, que aportan morrales y bolsos. Traemos conservas de Kichari Huasi, de Hurlingham, integrado por mujeres que agregan valor a determinados productos”, detalla Sakellaropoulos.

Las verduras son todas agroecológicas porque trabajan con la UTT, que arman bolsones de cinco o siete variedades. Y agregan del CTEP de Mercedes que aporta verduras cuando los productores locales no tienen. “Los huevos que vendemos son de un productor local que tiene gallinas felices que comen al aire libre”, destacan.

“La mayoría de nuestros consumidores son responsables y saben de dónde vienen las cosas, que detrás de cada cosa hay personas. Como estoy en las ventas me encargo de comentar de dónde viene cada cosa. No queremos ser una fábrica de escupir productos. Por eso los compradores vienen sabiendo que la plata que se gasta acá va a una familia que trabaja”, indican desde la Comercializadora. 

Una de las responsables del proyecto asegura que “cuanto más llegada se logre, ambas puntas de la cadena se verán beneficiadas. En particular familias que producen alimentos y no monedas de cambio tan habituales en una economía capitalista. Pero manejamos márgenes muy chiquitos de comercialización para fomentar el consumo de estos productos. Hoy se podría reemplazar todo producto de consumo por uno de la economía popular y solidaria”.

La Comercializadora funciona lunes, martes, jueves y viernes de 17 a 20. Y los jueves también de 9 a 13, en Mitre 846. Por el momento, lo único que se vende por encargue son las verduras. Para consultas, ofrecen un teléfono: 1156324703.