Los Laureles: la sombra de la usurpación

La Policía hizo un allanamiento tras reuniones que con un grupo de vecinos damnificados por el auge de robos y algunos asaltos. Descubrió que el lugar del procedimiento es tierra usurpada y que fueron vendidos lotes de manera espuria por un delincuente. Víctimas de hechos de inseguridad comenzaron a recibir amenazas de muerte por haber hablado con autoridades policiales y municipales.

Tras unos meses de relativa calma, los robos recrudecieron en el barrio Los Laureles y la inseguridad se volvió tema casi excluyente de preocupación, lo que llevó a un grupo de vecinos a tener reuniones en la sede de la Sociedad de Fomento con autoridades municipales y jefes policiales.

La proliferación de ilícitos principalmente en la modalidad “escruches” (robar en casas en ausencia de sus moradores), sumado a un par de asaltos en pequeños comercios, empezaron a suceder cada vez con más frecuencia en lo que va del año. En paralelo, avanzaba la usurpación de un terreno en el extremo este del barrio, donde en pocos meses se asentaron varias familias, se levantaron algunas casas de material y otras viviendas de extrema precariedad.

El terreno en cuestión, ubicado en uno de los márgenes del barrio, limitado por calle Osa Mayor y recostado contra las vías, en un principio se pensó que era fiscal o que podía ser del ferrocarril. Pero esta semana, vecinos averiguaron que tiene dueño y se trataría de una empresa uruguaya con sede en Montevideo.

Enterada la Policía de las usurpaciones, se dirigió al lugar. Al entrevistarse con algunas personas que levantaron casas, tomó conocimiento que detrás de la ocupación de tierra hay un sujeto que salió de la cárcel a fines del año pasado y quien habría vendido lotes por 80 mil pesos a familias necesitadas. Éstas abonarían cuotas hasta llegar a esa cifra, pero sin recibir a cambio ninguna documentación que respalde la operación.

El individuo en cuestión está identificado, vive en otro sector de Los Laureles y una mañana de febrero de 2016 fue detenido en Dr. Luppi e Independencia, pero por otra causa que nada tiene que ver con una presunta estafa que habría cometido, sino por un caso aberrante. Por ese entonces, poseía una orden de captura por "abuso sexual agravado" expedida por la Fiscalía 10 del Departamento Judicial de Mercedes.

Por otra parte, la Policía se encontró con una precaria vivienda que en ese momento estaba deshabitada. En el interior de un minúsculo reducto erigido en chapas, lo único que había era una cama.

INDICIOS

Para los investigadores, sería una especie de aguantadero o guarida que utilizaría un hombre de averías, quien podría estar relacionados con los hechos de inseguridad que denuncian los vecinos. Al adentrarse a un monte cercano, personal policial se encontró con una moto. El rodado no tenía impedimento de circulación. El dueño sería el sospechoso de ocupar la casilla de manera temporal.

El avance de la usurpación de tierras no sólo genera inquietud  por el incremento prácticamente en simultáneo de los robos, sino también está causando otro problema aparejado: vecinos que participaron de las reuniones comenzaron a recibir amenazas de muerte en los últimos días.

Presumen que una mujer que asistió a los encuentros y tendría vínculos al menos con un hampón hizo las veces de “topo”. Es decir, todo lo que se habló luego lo utilizó como información para malandras.

AMENAZAS

En consecuencia, no tardaron en llegar las intimidaciones. La Policía y la Justicia están en conocimiento ya que se radicaron denuncias. Por otro lado, a la sucesión de robos recientes, al predio usurpado empezaron a ser vistos movimientos de personas a horas inverosímiles lo que alimenta otras sospechas como son la comercialización de estupefacientes y el ingreso de materiales de procedencia dudosa.

“Es un lugar por donde no transitan vehículos ya que la calle Osa Mayor termina ahí pero entra gente a cada rato y a cualquier hora. Hace un mes hicieron un allanamiento porque uno de los que vino a vivir robó y quedó grabado por la cámara de un negocio. Toda esta gente que está viniendo es gente de malvivir. La preocupación mayor es que esta persona (por el presunto vendedor de lotes) es un violador que está suelto y ha empezado el ciclo escolar y acá hay chicos que van y vuelven solos a la escuela o a hacer mandados y acá hay muchos descampados. La paz que había en Lezica se terminó”, dijo uno de los vecinos que, como otros, esperan que el lugar sea desalojado lo más pronto posible.