¿Cómo le fue al oficialismo en las intermedias?

Los comicios de medio término le suelen ser esquivos al Departamento Ejecutivo. En este siglo, el oficialismo pudo imponerse solo en dos elecciones legislativas. La actual gestión perdió hace cuatro años en un ajustado resultado.

Las elecciones de medio término suelen ser un escollo complejo para los oficialismos. Ese escenario, que se ha repetido a nivel nacional desde el 2000 a esta parte, también se vio reflejado en los resultados locales: en solo dos oportunidades los candidatos del Departamento Ejecutivo de ese momento se pudieron imponer en los comicios legislativos.

El antecedente más cercano ocurrió en 2021, cuando la gestión del actual intendente Leonardo Boto, que llevaba el nombre de Frente de Todos, perdió ante la Alianza Juntos por cuatro puntos: 43,5 contra 39,1 por ciento, aunque acortando mucha la distancia de los resultados de las Primarias, en la que la nómina opositora le sacó casi 20 puntos sumando las cinco listas que se presentaron en esa interna.

En aquel momento, Juntos logró quedarse con seis de las diez bancas, que son las que justamente pone en juego este domingo: Rita Sallaberry (de licencia ya que asumió en 2023 como legisladora provincial), Agustín Musso, María Alejandra Juárez, Andrés Salvatto, Susana Busso y Matías Braticevic. De todos esos, el único con posibilidades de renovar la banca es Braticevic, que va en el cuarto lugar dentro de la Alianza La Libertad Avanza, a la que se sumó la Unión Vecinal cediendo protagonismo y lugares en la lista.

Por el lado del botismo, en aquel momento asumieron María Eva Rey, Romina Grossi, Joaquín Martucci y César Siror. Los tres primeros integran la lista oficialista de este domingo, mientras que el actual presidente del Concejo Deliberante se ve imposibilitado de participar ya que cumplió los dos mandatos y no puede ir por la re-reelección.

El antecesor del jefe comunal actual, Oscar Luciani, tuvo una derrota y un triunfo en las intermedias durante los ocho años que duró su gestión. A los dos años de asumir, en 2013, su espacio, denominado Frente Progresista Cívico y Social, terminó segundo con 23,5 por ciento de los votos, detrás del Frente Renovador que obtuvo casi el 31 por ciento. 

El massismo se quedó con cuatro bancas gracias a la victoria de la lista de Federico Guibaud. Mientras que las otras seis se las repartieron entre los vecinalistas y el Frente para la Victoria. Aquella elección marcó el ingreso de Boto al Concejo. 

Mientras que en 2017 se registró una de las pocas victorias del oficialismo en una elección de medio término de este siglo. Aunque ya venía desgastado el gobierno de Luciani a medio camino de su segunda gestión, la lista gestionada por el intendente vecinalista se impuso con suma comodidad con el 48,7 por ciento de los votos. Así, lograba meter a cinco concejales con Fernando Casset a la cabeza con el sello de Cambiemos, consiguiendo además la mayoría automática. 

Del otro lado, Unidad Ciudadana obtenía el 26,7 por ciento y se quedaba con tres bancas, entre ellas Miguel Angel Prince -que iniciaba su cuarta etapa como edil- y César Siror. El massismo, en aquella oportunidad denominado Alianza 1 País, renovó las dos bancas que ponía en juego.  

En 2009, cuando Graciela Rosso era intendenta y la interna peronista ardía, hubo dos listas casi de la misma fuerza: el Partido Justicialista y el Partido de la Victoria. El primero fue encabezado por Prince, quien había perdido las elecciones dos años antes contra Rosso; mientras que el espacio kirchnerista llevaba a Adriana Rosso -hermana de la ex jefa comunal- como primera candidata a concejala.  

El PJ obtuvo el 25,1 por ciento, Unión PRO el 20,5 y el Partido de la Victoria 18,6. Aquella elección fue la última en la que participó la Unión Vecinal con sello propio: consiguió el 11,7 por ciento y ese día Luciani logró renovar su bancada.   

Por último, Prince tuvo la misma suerte que Luciani: perdió la primera intermedia y ganó la segunda. En 2001, en plena gestación de la crisis política y social que estalló en diciembre, el ganador de los comicios fue el “voto bronca”: entre los blancos y los nulos, sumaron el 27,3 por ciento. El PJ consiguió el 26,9 por ciento, la Unión Vecinal el 12,6 y la UCR el 7,77.

Esto terminó favoreciendo al oficialismo que logró quedarse con siete de las nueve bancas en juego, mientras que las otras dos fueron para la UV. Con esto, el princismo tuvo durante dos años quórum propio. 

En 2005, el Frente para la Victoria, con la lista encabezada por Ariel Notta, obtuvo una contundente victoria con el 41,4 por ciento, con cinco bancas. Muy lejos terminaron la Unión Vecinal (13,3) y el PJ (12,1). Aquel año ingresó Luciani al HCD.