Buscan que Jáuregui adquiera la categoría de ciudad

Ed.Impresa//La semana pasada ingresó un proyecto al Concejo Deliberante para que la Legislatura bonaerense otorgue esa condición a la localidad. De avanzar, se prevé una larga discusión sobre la denominación de la futura nueva urbe.

En la sesión del jueves, el Concejo Deliberante decidió girar a la Comisión de Legislación un proyecto que busca categorizar a Jáuregui como ciudad. La iniciativa fue presentada por el bloque Peronismo Federal y solicita la intervención de la Legislatura bonaerense, órgano que tiene la competencia de aprobar con fuerza de ley esa clase de propuestas.
Los ediles consideran que la localidad, incluido Pueblo Nuevo, reúne los requisitos y condiciones necesarias que “garantizan y justifican la calificación y declaración de ciudad a este núcleo urbano”. Para eso, en los argumentos del proyecto se enumeran instituciones y dependencias estatales ubicadas en Jáuregui. Durante la sesión, los autores aclararon que no se trata de un pedido de autonomía, tal como pregonan muchos vecinos que sueñan con constituir a la localidad en la cabecera de un distrito separado de Luján.
De avanzar la propuesta se prevé un largo debate sobre la denominación que adquirirá la futura nueva ciudad. Entre los pobladores existen dos alternativas bien definidas e irreconciliables, a partir de elementos históricos donde no están exentos componentes políticos y hasta futbolísticos.
Jáuregui o Villa Flandria, esa es la cuestión. La primera de las denominaciones reivindica el nombre original de aquellos pagos cercanos a Luján. En 1862, el español José María Jáuregui instaló un molino harinero a la vera del río Luján, donde varias décadas después se ubicaría Algodonera Flandria. También levantó un tajamar para utilizar la energía del río. Jáuregui, además, fue el responsable de la llegada del ferrocarril, necesario para el trasporte de la producción.
Como parte de esa historia también se registra un primer loteo de tierras en 1902, y un segundo en 1910 en base a terrenos pertenecientes a los Jáuregui.
La otra vertiente rescata a Julio Steverlynck, responsable del surgimiento de innumerables instituciones que acompañaron la expansión del pueblo desde la poderosa textil.

POR DECRETO
Quienes defienden el nombre de Jáuregui consideran que se trata de la denominación original, y que el inmigrante español sentó las bases del posterior desarrollo del poblado. Incluso, aseguran que el propio Steverlynck siempre se opuso a cambiarle el nombre a la localidad, afirmación que resulta imposible comprobar. De cualquier manera, es cierto que el cambio de denominación por Villa Flandria recién se concretó el 1978, en plena dictadura militar. Según se detalla en un documento elaborado en la década pasada por quienes lograron restituirle al pueblo el nombre original, “la sociedad de fomento de entonces, organismo integrado por personal de la ex empresa Flandria y algunas personas que se dijeron representantes de organizaciones intermedias patrimonio de Steverlynck, sin consulta alguna y mucho menos con la aprobación de la inmensa mayoría de la población, envían una nota fechada el 25 de abril de 1978 al entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, general Ibérico Saint Jean, solicitando el cambio de nombre de nuestro pueblo”. De esa manera “consiguieron que el gobierno de la dictadura militar cambiara de un plumazo, y por decreto, el nombre”.
Recién el 23 de junio de 1997, luego de varias gestiones impulsadas por una comisión de vecinos, la Legislatura provincial restituyó la denominación original.
Con el proyecto presentado la semana pasada, las discusiones hogareñas regresaron. Los nombres tienen también connotaciones políticas. En general, los más acérrimos y veteranos defensores de “Jáuregui” tienen una tradición ligada al peronismo y al Club Pescadores, la única institución de la localidad que nació por fuera del industrial belga. Y si bien rescatan los aportes efectuados por Steverlynck, cuestionan el modelo de sociedad planificado desde Algodonera Flandria que, dicen, convirtió al pueblo en un feudo moderno.
De la otra vereda, aseguran que la verdadera conformación como localidad llegó de la mano de la textil. Además, aunque suene ridículo, muchos apuestan a Villa Flandria por una cuestión puramente futbolística a partir del equipo de fútbol amarillo y negro.