Patria y Libertad de José Martí

Ed.Impresa//La pieza sostiene la necesidad de libertad para los países y las razas de América Latina, nutriéndose de los problemas y realidades del continente.

Cada emprendimiento teatral de Amalia Mauriño, dedicada en los últimos años a la dirección, se ha traducido en un valioso aporte por la calidad de los textos escogidos y la maduración de su tratamiento escénico.
Desde “Sueño de una noche de verano”, pasando por su indagación a la dramaturgia de García Lorca y en los últimos tiempos de Chejov, ha logrado equilibrar realizaciones interesantes exigiéndole por igual a ella y a su grupo actoral, un análisis profundo de tiempos y espacios, lenguaje y cultura, para embeberse del producto y darle convicción.
En esta ocasión apeló a un texto de José Martí (poeta, escritor y político cubano -1853-1895-), escogiendo uno de sus legados dramáticos Patria y Libertad, definido como drama indio.
Y como en su anterior realización, concretó la acción teatral en el primer piso de la Sociedad Francesa, con desarrollo semicircular.

El autor y la obra
En términos generales, la obra fecunda de Martí en poesía, ensayos, artículos periodísticos, crítica literaria, discursos, crónicas de viajes y epistolario, no lo fue en el género teatral. Lo cierto es que se conoce la existencia de varios borradores o bocetos de manuscritos teatrales que nunca han podido ser descifrados del todo, debido a lo ininteligible de su caligrafía y sólo dejó cuatro obras teatrales: Abdala, drama patriótico biográfico, escrito en verso en 1869; Adúltera, escrita en prosa sobre la honra y la infidelidad en 1872; Amor con amor se paga, teatro breve, escrita en verso que tuvo la singularidad de llegar a los escenarios en vida de Martí (1875); y Patria y Libertad o Drama Indio (1877), en donde se resume el ideario martiano sobre la independencia de los pueblos de América.
Fue escrita en Guatemala, a petición del gobierno, con motivo de los festejos de la independencia de ese país y conservado por el escritor e historiador guatemalteco Antonio Batres Jáuregui, contemporáneo de Martí (1847-1929), en copia única.
Con 24 años de edad, Martí llegó a Guatemala en abril de 1877. Para ese entonces ya tenía en su haber varios años de formación intelectual y experiencia como escritor. A diferencia de las otras tres obras teatrales, en donde los temas biográficos y sus vivencias o valoraciones de adolescente dejaron una huella temática personal, en Patria y Libertad logra desarrollar un teatro serio, moderno y renovador para su tiempo.
Se ha precisado que Martí gestó una corriente modernista con sus nuevos aportes sosteniendo en la pieza la necesidad de libertad, sin amos e intrusos para todos los países y razas de América Latina, nutriéndose de los problemas y realidades del continente, con el propósito de esparcir la semilla de la independencia en todas sus direcciones.

La puesta
Se ha valorado el hecho de que lo moderno de la obra no reside en su originalidad ni en la época en que fue escrita, sino en la sensibilidad, inteligencia y el discurso que llevan adelante los actores y directores durante la representación, produciendo en los espectadores la sensación de vivir una experiencia compartida con el espíritu del autor.
En este sentido, Mauriño logra un producto íntimo con esta obra y puede incluir al propio pueblo espectador casi como parte de sus personajes centrales y esenciales, creando una interacción entre los que representan la obra y los que se sienten representados.
Para ello contó con el aporte de seis actores que, con firmeza y desenvoltura expresiva y gestual, perfilaron cada uno de los personajes centrales dando sentido al verso: Martín Taboada, Ariel Mata, Patria Corea, Anabella Solari, Marita Frutos y Federico Pedotti.
Aunque limitados en sus movimientos por la pequeñez del espacio escénico, la versión de Mauriño acotada en algunos personajes, se ve subrayada por un vestuario sobrio, velas encendidas, sombras de unos y otros perfiladas en las paredes y una percusión con nervio encargada de crear el clima apropiado para el tema.
Patria y Libertad, representada en poco menos de cincuenta minutos, permite asomarse al universo de Martí que resume en esta pieza su experiencia política, perfilando y confirmando su proyección americanista.



Reflexión de la directora
La hora de la elección
“Elegí la obra de Martí porque es un autor que me apasiona como poeta y escritor teatral y Patria y Libertad coincide con la liberación de los distintos países americanos. Y aunque en este momento festejamos el Bicentenario, la obra tiene que ver con la independencia de Guatemala, que bien podría ser la nuestra”, expuso.
“Ha sido una obra inédita y me fascinó en la primera lectura. Venía leyendo a Martí pero el texto fue un regalo de una amiga. Pensé y algo me decía internamente que debía ser el tiempo de hacerlo, porque en el momento de elegir no busco mucho, me engancho con el texto y listo. Encontré un grupo de actores que se entusiasmó con la propuesta y este es el producto. No fue fácil llevarlo adelante, dado que hay metáforas que hubo que analizar, pero el grupo trabajó cinco meses sin parar”, explicó la directora.