El recuerdo feliz de los años de infancia y el amor por las tradiciones del pueblo motivaron a un grupo de vecinos a organizarse. Una institución que promueve las prácticas deportivas como forma de encuentro y socialización en su predio del barrio Luchetti.
El recuerdo feliz de los años de infancia, la vocación por mantener las tradiciones del pueblo y el amor por el deporte y la vida al aire libre confluyeron en un grupo de vecinos de Open Door para crear la Asociación Civil Amigos del Chalet. Con cuatro años de vida, la institución promueve las prácticas deportivas como forma de encuentro y socialización en su predio del barrio Luchetti.
La originalidad del nombre remite a una historia compartida por muchos vecinos de la localidad: el chalet de la familia Laballos. “Hace cerca de 45 años, en su casa, la familia Laballos armó una cancha de fútbol y los fines de semana invitaba a jugar a la gente del pueblo. Se jugó ininterrumpidamente por décadas y por generaciones. Ya en los años ´90, por la calidad de la cancha, la concurrencia se hizo más masiva y empezó a venir también mucha gente de Luján e incluso de otros partidos. Varios jugadores que después llegaron a Primera pasaron por la cancha”, contó a este medio Wenceslao Pepe, uno de los integrantes de la asociación.
En 2014, los terrenos donde estaba el campo de juego se vendieron y se lotearon, “y los chicos de entonces, 45 años más tarde, y los de más acá también, se quedaron sin la cancha y decidieron armar una asociación civil para continuar con la práctica y fomentar el deporte en el pueblo”, completó Pepe, parte de la segunda generación de opendorenses que disfrutaron de la legendaria canchita.
“Empezamos a buscar terrenos y aparecieron unos que son municipales y que estaban con nomenclatura de espacio verde. Están a apenas 200 metros de la cancha original, cerca del nuevo Jardín de Infantes que se está construyendo, en el barrio Luchetti. Después se armó la asociación civil y los socios empezaron a hacer aportes extraordinarios para armar una cancha idéntica a la que teníamos, con una forestación importante”, agregó.
Se trata de una “cancha particular”, donde pueden jugar “entre 9 y 10 personas, según las ganas de correr”, a la que se le suma otra adicional “para los más jóvenes”. “Se juega todos los sábados en las dos canchas y la convocatoria nunca baja de entre 100 y 150 personas”.
“La cancha está abierta a todos los vecinos. Para jugar en la cancha grande pedimos una colaboración de 100 pesos porque para mantenerla en el estado en que está es necesario un sistema de riego, corte de pasto con tractor, marcar la cancha, tareas que conllevan gastos. Además, el predio cuenta con sanitarios, vestuarios, quincho y parrilla”, detalló Pepe.
Pero no solo a la práctica de fútbol está avocada la entidad, sino que dentro de su horizonte de acción también asoma la promoción de otras disciplinas deportivas. “Además del fútbol masculino, en el predio practica el equipo de fútbol femenino de Open Door, y una variante que está creciendo con mucha fuerza en la localidad, como es el fútbol mixto. También se practica hockey. Probamos con voley, para lo cual se hizo la cancha y se donaron algunas pelotas, pero la actividad no terminó de despegar. Por otra parte, hay muchos vecinos que utilizan el campo simplemente para caminar o hacer ejercicio”.
A esto se suma la utilización del predio para los campamentos que llevan adelante las escuelas de la localidad o el Centro de Actividades Infantiles (CAI) del barrio. También para festejos puntuales que se desarrollan a lo largo del año como el Día del Niño, que la institución viene organizando casi de forma ininterrumpida desde 2015.
“El domingo pasado organizamos los festejos con muchísima convocatoria de chicos de la localidad, que compartieron juegos, espectáculos y deporte. El evento salió bárbaro y hay que destacar que lo realizamos todo a partir de donaciones de socios y vecinos”, precisó Pepe, quien destacó el trabajo permanente de los “cerca de 30 miembros activos que tiene la institución”, siendo su presidente honorario Néstor Laballos.