Antes inundados, ahora anegados 

Las lluvias del sábado desnudaron la precariedad que acompañó la mudanza de familias al nuevo complejo habitacional. Sin veredas, hasta el martes varias calles seguían intransitables. En muchos inmuebles se registraron filtraciones.

Parece un mal chiste, pero no lo es. Vecinos recientemente mudados a viviendas para familias inundadas volvieron a sufrir las inclemencias climáticas. El complejo de casas del barrio Santa Marta padeció las fuertes lluvias del sábado, ante la falta de previsiones estatales que derivaron en calles completamente anegadas e inmuebles con filtraciones.

El proceso de mudanza estuvo rodeado de inconvenientes. La semana pasada, la Comisión Mixta de Control y Seguimiento por las Relocalizaciones expuso esas situaciones. Por medio de un escrito difundido en su página en Facebook, el espacio multisectorial aclaró un problema previo referido a la ejecución del plan habitacional: “Hace una semana comenzó la mudanza de algunas familias inundadas a las nuevas casas en el barrio Santa Marta. Solo 30 familias en esta segunda etapa, que contemplaba la entrega de 88 casas. Solo 30 casas de las 172 totales. Sin embargo, el solo pensar que aunque más no fueran 30 familias, esas personas iban a estar en mejores condiciones, iban a salir de una buena vez del agua, significa mucho para quienes formamos parte de la Comisión Mixta de Control y Seguimiento, este logro resignifica la lucha”.

Sin embargo, “lejos de ser un proceso positivo, las familias fueron muy maltratadas otra vez, y no precisamente por el desborde del río”. En ese sentido, muchos vecinos “vivieron situaciones innecesarias e inesperadas durante la mudanza y recibieron casas sin terminar”.

En primer lugar, la Comisión destacó que la mudanza fue “caótica”, ya que “al llegar al lugar algunos de ellos no pudieron acceder a las viviendas y tuvieron que esperar horas con sus hijos y todos sus muebles a la intemperie, ya que aún había obreros trabajando en el interior de las mismas”.

Por otra parte, “las casas a entregar no estaban en condiciones de habitabilidad, porque a varias les faltaban la mesada de la cocina y el bajo mesada, la cocina, el termotanque, los artefactos sanitarios, la ducha, y en algunos casos, los pisos”.

“No es claro cómo se desagotan los líquidos cloacales, ya que la tan prometida planta depuradora no está terminada y mucho menos en funcionamiento. El convenio firmado, además de las casas, prometía veredas, arbolado, cestos de residuos. Hasta el momento no hay nada de eso. Y en algunos fondos se encuentran postes de tendido eléctricos, sin cumplir con reglamentación alguna. Además de las jabalinas al descubierto”, agregaron.

En el cierre del escrito, cuestionaron lo publicado por el Instituto de la Vivienda de la Provincia de Buenos Aires, organismo que resaltó “el compromiso y esfuerzo de la gestión que encabeza la gobernadora María Eugenia Vidal que permitió que luego de 30 años Luján reciba por primera vez viviendas sociales que benefician a familias que las necesitan”. Los integrantes de la Comisión plantean, en cambio, que “lo conseguido es, sin lugar a duda, fruto de la lucha, de la perseverancia, de la entrega de las familias y del acompañamiento de la Comisión Mixta de Control y Seguimiento”.

“Las familias inundadas no son promesa de campaña, no son postales para fotos con funcionarios, ni mucho menos, ganado”.

LOS PROBLEMAS

“No se puede salir. Para los que tenemos autos las calles son intransitables. Con el tema de las calles nos dijeron que esto era tosca pero es tierra colorada. No podés pasar que te hundís media pierna. No podemos sacar los autos. Los remises no quieren entrar y tenemos que ir a tomar el colectivo a la ruta. Tampoco hay veredas. Cuando nosotros nos mudamos supuestamente estaban esperando las reglas para hacer las veredas, después llegaron pero no se hicieron”, describió una de las vecinas relocalizadas.

En cuanto a la mudanza propiamente dicha, la mujer explicó que “planteamos muchos reclamos porque cuando entramos no había cocinas, faltaban cosas, conexiones”. En la Municipalidad aseguraron que “no pusieron esas cosas por miedo a robos, por eso dejaron todo sin accesorios. Eso lo entendemos, pero con el transcurso de los días nos dimos cuenta que faltaron demasiados cosas”.

En su caso, contó que todavía la vivienda que habita no tiene dichas y carece de conexión del termotanque. Pero lo peor llegó el sábado, con las lluvias: “Se llovió adentro de muchas casas. En nuestras casas anteriores el miedo era que desbordara el río, pero no el susto de que lloviera y nos inundáramos adentro. A mí me filtró por el lado de la ventana del comedor y una gotera que había en el antebaño. A mis vecinos les caía agua como catarata por las escaleras internas. Ayer (por el lunes) no había nadie y fuimos a hablar. No vino nadie, estamos esperando que venga alguien para poder hablar”, planteó.

“Está todo mal hecho. Ahora está la excusa de que no pueden hacer las veredas porque los vecinos se le van encima para reclamarles las cosas que faltan. Cuando no es el gas, ahora son las filtraciones o faltan conectar cosas. Quiero aclarar que esto no es un regalo que nos hacen, lo tenemos que pagar mensualmente. Necesitamos que cumplan con lo que se firmó, reclamos porque después nos van a cobrar cosas. Encima no te podés mover de tu casa porque cuando reclamás te dicen que te van a mandar a alguien y así te quedás esperando”, se quejó.