"Subirse a un escenario es una dosis de vida"

La cantante local Camila Arriva presentó su primer trabajo discográfico, Canciones que traigo, con tango, folclore, rock y cumbia. Se puede seguir a través del sitio web: www.camilaarriva.com

Es jueves 24 de enero. Camila está de regreso a Berlín. Vive allí desde 2017. Hace escala en Barcelona y aprovecha a escribir. Repasa momentos de su vida: sus inicios, su carrera, los sueños alcanzados, los proyectos derrumbados. Fue directora en el Coro Bicentenario que funcionaba en la Escuela Primaria 7 de Luján. Otra época. Había empezado en Olivera como parte del programa Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles, un proyecto estatal para acercar a niños y jóvenes al aprendizaje musical. Hoy, la propuesta coral se diluyó y no volvió a conformarse. Algo que ella lamenta y sobre lo que también escribe durante el tiempo que espera en Barcelona. EL CIVISMO se comunicó con la artista porque, a principio de este año, Camila estuvo en el país presentando su primer CD. Canciones que traigo es el nombre que integra los temas que fueron marcando su carrera; muchos que tocó asimismo con los alumnos en el coro.

El corte difusión es Buscándote, un tango que habla de los sueños que uno persigue y, mientras eso hace, crece y va armando un camino. Buscándote habla del amor y de la esperanza, que es el empujón para muchos, cada día, seguir adelante. La artista subió en las redes sociales el video oficial del tema. Allí, comparte escenas en el Hotel de La Paz, o bailando tango en la estación de trenes, o caminando sobre una calle empedrada.

¿Siempre tuviste la oportunidad de subirte a un escenario y cantar?

Siempre busqué esa oportunidad, desde muy chica, subirse a un escenario es una dosis de vida. En un momento, luego de repetir primer año de canto en la UNA, decidí estudiar paralelamente dirección coral. Empecé a dirigir enseguida en el Programa de Coros y Orquestas en Olivera, gran, gran plan musical para nuestra comunidad y para el país entero.

¿Qué podés decir sobre esa etapa?

Después de Olivera nos trasladaron a Luján. Trabajé por 5 años formando chicas y chicos de nuestra ciudad. Estoy muy orgullosa del semillero que generó el programa. En cada visita a Argentina vuelvo a encontrarme con ellos y me hace feliz ver qué tan lejos llegó la política de estado. Tuve que abandonar mi cargo porque no estábamos en las mismas condiciones que otros años y eso me impulsó a buscar horizontes en Europa, persiguiendo el sueño de dedicarme al canto y no tanto a dirigir. El coro nunca más abrió.

Escuchando y viendo el video del corte difusión, Buscándote, ¿siempre te inclinaste por el tango?

Yo empecé cantando tango sin querer con Mabel Garrido, usaba sus pistas y con eso me fui a competir a los Bonaerenses. Viviendo en Berlín, buscando un poco de argentinidad, empecé a bailar y todo lo que vino después fue una completa adicción. En particular ese tema es el único que elegí como nuevo, no lo venía trayendo... Fue un reflejo de mi nuevo amor por el tango, lo conocí bailando y tocado por un quinteto de amigos, Los Cachivaches, y siempre me sentí muy identificada por la letra. Hicimos una versión con Pablo Woiz y la grabamos. Y creo que encierra esto de ir y volver, de buscar y del amor que refleja todo lo que me pasa en este momento.

¿Cómo fue la producción? Hablame de los paisajes que muestra. Los lugares históricos; qué representan para el tema y tu estilo musical

Lo realizamos con Gonzalo Andrés y Francisco Whelan, fue un hermoso trabajo en equipo. Es una autorreferencia en cuanto a volver a la tierra de uno y quererse quedar pero terminar yéndose una vez más, esto de no sentirse de aquí ni de allá como dice la otra canción.

Mostramos el casco lujanense que me parece único, y en cada visita a ciudades europeas refuerzo este pensamiento, me di el gusto y lujo de bailar un poco con dos grandes bailarines de nuestra ciudad: Facundo Cappiello y Roberto Tessone, y nos metimos por los rincones del hermoso Hotel de La Paz. Hicimos una toma en la estación de tren, que también guarda el encanto de lo antiguo. Lo principal fue mezclar nuestra ciudad con mi historia y reflejar qué se siente ese buscar constante.

El CD se llama Canciones que traigo, ¿a qué refiere?, ¿es un viaje por distintos momentos de tu carrera?

Son canciones que yo venía tocando para acompañar a mis coros o mis alumnos o yo cantando como coreuta. Llegué a Europa y salí a tocar por subtes y calles eso que sabía. Luego en bares. Y en una de esas fechas un amigo y otros alumnos me insistieron en que debía grabar un disco, tener algo para vender en esos bares, y así fue, sin pensar mucho.  Después encontré ese hilo conductor de que todas hablan de viajar, buscar, irse... Todo lo que pasó después de la grabación fue inesperado y ahora me hace replantear fuerte cómo sigo…

¿Cuál es tu vínculo con Europa? ¿Por qué elegiste Berlín?

En su momento tenía a mi hermano mayor viviendo en Barcelona, y fue fácil ir para ahí sobre todo porque tenía 20 años y no me sentía preparada para otra cosa. El hecho de estudiar música clásica, sobre todo europea, hace que sea fácil insertarte acá (Europa)...se maneja el mismo idioma musical, la misma dinámica. Estudié catalán y me metí en el Conservatorio como pez en el agua. Cuando volví a Argentina quedé tan conectada con la cultura catalana que terminé haciendo mi tesina de graduación de la Universidad en música catalana junto a mi querida Perla Wicky.

Decidí volver a Europa porque no me estaba yendo muy bien en Argentina y porque siempre me quedó ese bichito picando de haber vivido afuera. Ahora, ya con otra visión me es más fácil hacer nuestra música (tango, folclore, rock) que la europea, aunque uno de mis ingresos sea cantar en la calle todas las arias que me quedaron en el tintero; la gente se sorprende mucho de escuchar este tipo de música en ambientes poco ortodoxos. Ahora estoy armando gira por Europa con un trío de tango, Federico D'Attellis en guitarra y Tomás Díaz en bandoneón.