Fue en un acto que reunió a amigos y allegados de la familia Rodríguez Furt, el sábado pasado en la legendaria estancia Los Talas. Con la presentación en 2014 del hasta entonces inédito Tomo II, se completa un trabajo de revalorización de la obra del narrador, ensayista, investigador y bibliófilo que trabajó incansablemente en la preservación del patrimonio cultural argentino.
En un acto sencillo que reunió a amigos y allegados, la familia Rodríguez Furt presentó el sábado pasado, en la legendaria estancia Los Talas, la reedición del Tomo I del Libro de Compañía de Jorge Martín Furt, publicado originalmente en 1947. Con la presentación en 2014 del hasta entonces inédito Tomo II, se completa un trabajo de revalorización de la obra del ensayista, investigador y bibliófilo que supo destacar en el campo del cancionero popular rioplatense y la coreografía gauchesca.
Esteban Cornejo, bisnieto de Furt, dio la bienvenida a los presentes y señaló el compromiso familiar de continuar difundiendo “una de las obras más destacadas de la literatura argentina”, mientras que Francisca Hernández leyó unas palabras evocativas escritas por Isabella Rodríguez Furt, nieta del autor.
Fabián Migueliz fue el encargado de trazar una breve biografía del escritor, afirmando que el Libro de Compañía fue “como una escalerilla para llegar hasta la personalidad y la figura de Jorge Martín Furt”, a quien destacó como “un rescatista, un preservador del acerbo patrimonial y cultural argentino”
Así, subrayó, Furt partió de “su conocimiento de las actividades y las gentes del campo” hasta llegar a convertirse “en un profesional y un erudito en el arte gauchesco y las coreografías”. También repasó su provechoso paso por Europa y su recordado trabajo en la Biblioteca Ameghino, donde tuvo lugar, “desde el área de Comunicaciones, su primer gran momento de resplandor, conduciendo una etapa que marcó un antes y un después”.
Con respecto a su sostenida labor de preservación bibliográfica, materializada en la colección que guarda Los Talas, Migueliz ponderó “la adquisición del Archivo Alberdi, compuesto por 7.500 cartas y otros documentos, no para guardarlo como un tesoro sino con la vocación de abrirlo a la comunidad”. Por último, se refirió a su paso por la conducción del Complejo Museográfico provincial, relevando al propio Enrique Udaondo.
A su turno, el escritor Juan José Oppizzi, quien firma el estudio preliminar de la nueva edición, señaló que al tomar contacto con el libro “descubrí algo que era completamente distinto de todo lo que yo había leído, una cosa muy original”.
“No es un diario porque no hay una cronología, pero sí hay un cierto tipo de unidad”, agregó, y citando a Furt expresó que el volumen fue escrito “menos por necesidad comunicable que expresable”.
El Tomo I del Libro de Compañía, indicó, “se puede dividir en tres partes que son específicamente literarias: la primera son los recuerdos más lejanos de Furt, de su infancia y adolescencia en Los Talas; la segunda es su periplo europeo, especialmente por Francia e Italia; la tercera parte es el regreso a la Argentina, y se abre con una serie de estampas relacionadas con el paisaje de la pampa”.
En cuanto al Tomo II, apuntó, “no tiene divisiones literarias sino anímicas, marcadas por un hecho terrible que fue el fallecimiento de su único hijo varón, Jorge Mariano, en 1951, en un accidente de carretera”, motivo por el cual las páginas transcurren “en un tono menor, un tono sombrío y triste”.
“La estructura interna es sumamente compleja”, completó Oppizzi, y el discurso avanza entre “fragmentos en prosa, fragmentos en verso, citas, reproducciones, semblanzas, apuntes y recuerdos”, intercalados con traducciones del francés y del italiano de Maurice de Guerin, Stephane Mallarmé, Gabriele D'Annunzio y Arturo Farinelli.
Se trata, en definitiva, “de un libro sinfónico, con muchas técnicas narrativas y cambios en el punto de vista”, con momentos especialmente elevados en las “escenas de esta región de la pampa que Furt amaba tanto, con recursos novedosísimos, como los neologismos, de los que hace un verdadero arte”.
“Es una obra que en este momento empieza un camino a transformarse en una obra clásica de la literatura argentina, un libro al que se puede volver infinitas veces y aprender de un hombre con una sabiduría enciclopédica”, concluyó el escritor arrecifeño.
Para finalizar, Alejandro Espinoza y Marta González interpretaron composiciones clásicas del repertorio folclórico.