El impacto de la pandemia en el empleo informal

Un informe elaborado por la Universidad Nacional de General Sarmiento ofrece un acercamiento a las dinámicas laborales de los últimos meses. El trabajo, que también incluye otras variables, recoge miradas de referentes barriales en distintos distritos hacia finales de agosto.

Un trabajo a cargo de investigadoras e investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento ofrece un acercamiento al impacto que la dinámica impuesta por la pandemia ha generado en el mundo laboral dentro de diferentes municipios, incluido Luján, que componen el Área Metropolitana de Buenos Aires. El relevamiento se articuló a partir de entrevistas realizadas a referentes barriales y territoriales. Permite conocer algunas realidades presentes al menos hasta comienzos de agosto. El documento fue elaborado por Verónica Maceira, Ana Ariovich, María Crojethovic, Carlos Jiménez y Marisa Founier. 

Entre diversas dinámicas sociales, la discontinuidad laboral aparece mencionada como uno de los principales problemas presente en los barrios. Esto ocurre en zonas con altos niveles de informalidad y precariedad laboral, “característica que a su vez se había profundizado en el período inmediato anterior (2015-2019)”. En ese sentido, la medición del último trimestre del año pasado mostró que “el 23,7% de la población ocupada del Conurbano era cuenta propia -el 19,6 % cuentapropistas sin calificación técnico-profesional-”, mientras que el 27,7% de los ocupados “eran asalariados no registrados”. Además, el 10,8% de la fuerza de trabajo activa estaba desocupada. El informe destaca que “estas situaciones (excluyendo en este cálculo a autónomos técnicos y profesionales) constituyen el 53% de la fuerza de trabajo activa mayor de catorce años de los partidos del Conurbano”.

Según los autores del trabajo, “de acuerdo a nuestros estudios previos podemos estimar que, atendiendo a la heterogeneidad social interna del Conurbano, en los barrios populares de la periferia del aglomerado en los que centramos nuestro relevamiento, este conjunto de inserciones precarias e informales tiene una significación de entre 6 y 7 puntos porcentuales mayor que el promedio Conurbano, por lo que no sería errado estimar que al momento de inicio de la cuarentena involucraba un porcentaje cercano al 60% de su fuerza de trabajo activa”.

Las consultas realizadas como parte del relevamiento encarado por los investigadores de la Universidad de General Sarmiento destacan las discontinuidades laborales como un denominador común entre los sectores vulnerados. Aparecen allí las trabajadoras de casas particulares: “La mayoría está sin trabajar y sin cobrar”, se lee en el informe.

Entre aquellas trabajadoras domésticas que han podido mantener su fuente de ingresos se destaca, sin embargo, que en muchos casos esta permanencia estuvo acompañada por una reducción de los haberes. “Los mismos mencionan además que las trabajadoras que siguen percibiendo sus haberes son solamente una parte de aquellas que están en relación de dependencia regulada (es decir ‘en blanco’) porcentaje de por sí relativamente pequeño dentro del conjunto de trabajadoras del sector (25,4% en el total del Conurbano)”.  Y se agrega que “entre aquellas trabajadoras que continúan trabajando o volvieron a trabajar, refieren situaciones en las que las mismas se mudaron a casa de sus empleadores o en las que quienes concurren lo hacen para cuidar a personas mayores, tramitándose certificados especiales para tales fines”. Aparecieron, además, “casos de asistencia bajo amenaza de despido”.

Las responsables del trabajo resaltan que en el Conurbano el 45% de las trabajadoras en casas particulares son jefas de hogar y que esta ocupación es, a la vez, la principal que desarrollan para el mercado las mujeres con bajos niveles educativos.

Seis de cada diez personas entrevistadas para el muestreo hablaron de discontinuidad laboral para los trabajadores  cuentapropistas, de oficio y changarines: “La pandemia reúne por tanto en esta condición a trabajadores que vienen de posiciones muy distintas dentro del trabajo autónomo. Asimismo, se mencionan colectividades y grupos especialmente afectados: la colectividad paraguaya de distintos barrios cuya inserción preferencial está en la construcción, les trabajadores recicladores (por las dificultades de movilizarse fuera del barrio) y les vendedores ambulantes que trabajan en el transporte público”.

En contrapunto, otras de las consultas enfatizaron “la manera en que parte de les trabajadores retoman tareas previas, también en la albañilería, jardinería, peluquería, especialmente dentro de los límites del barrio”. En ese sentido, “muchas changas que se realizan dentro del barrio se significan como gestos solidarios entre vecinos”.