Quieren reactivar la Logia Luján de los Masones

El Gran Maestre Pablo Lázaro, presidente de la histórica institución, estuvo en nuestra ciudad. Visitó la casa de Florentino Ameghino, quien iniciara la presencia de los masones en la zona. En la región ya funciona un "Triángulo", paso previo a la conformación de la unidad mínima.

Días atrás llegó a nuestra ciudad Pablo Lázaro, denominado como el Gran Maestre y quien desde el 2020 es el presidente de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, una histórica institución marcada por el secretismo y el escepticismo. ¿El objetivo? Rearmar la estructura masónica en Luján.

Lázaro estuvo junto a otras 20 personas, todas correctamente vestidas con traje y corbata. Parecían listas para una fiesta. Todos hombres, que recorrieron la Casa Museo Ameghino, ubicada en la calle Las Heras. Es que Florentino Ameghino fue uno de los reconocidos integrantes de la organización, junto a otros intelectuales e investigadores a lo largo de la historia. Además, cumplió un papel fundamental para el desarrollo de los masones en la región.

El historiador Federico Suárez, encargado de la recepción de los visitantes, reconoció que en el Museo no tienen demasiados registros del paso de Ameghino por la masonería. Uno de los integrantes del grupo, además de entregar la insignia de la Logia Lumen, expuso que el padre de la paleontología fue el precursor de la Logia Luján, pieza fundamental para su expansión.

“Florentino Ameghino es un hermano muy caro a nuestros afectos -expuso Lázaro en diálogo con EL CIVISMO- porque la Masonería fomenta la ciencia. Él fue señero de la paleontología, incluso de la antropología y otras ramas del saber. Como gran parte de la llamada Generación del ‘80, estuvo en la Masonería. Más allá de que en esa Generación hubo personas que pensaban totalmente distinto. Y eso es lo que en definitiva podemos tomar como definición de qué es la Masonería: un grupo de personas que piensan totalmente distinto, pero que buscan puntos de acuerdo para trabajar y fomentar una sociedad más fraterna, y por lo tanto hacer una sociedad mejor”.

“La Logia de Luján fue fundadora de logias: fue madre de la Logia Lumen, que a su vez fue madre de logias en Barracas. Trabajaba la familia Ameghino y la Generación del 80 para la prosperidad de toda la zona”, explicaron. A partir del resurgimiento de los Lumen en este último tiempo, habían comenzado a documentar la historia del grupo de nuestra ciudad, aunque todo se paralizó con la pandemia.

En tal sentido, agregaron que “venimos haciendo un trabajo de rastreo, no a partir de las Logias, porque en muchas épocas oscuras fuimos perseguidos y no hay mucha documentación, pero sí al conocer los hombres. Ahí podemos empezar a distinguir dónde trabajaban determinadas Logias”.

Lázaro agregó que “en Luján está funcionando un ‘Triángulo’ y sus miembros van a hacer un trabajo en sus archivos. Son cientos de años guardados”. El Triángulo es el paso previo a la creación de una Logia, la unidad mínima de trabajo de los masones. “Es el germen de una futura Logia. Se forma cuando todavía no existe la cantidad mínima de Maestros Masones, que es 7, para funcionar como Logia en esa localidad. En esos casos, la Gran Logia autoriza la creación de un Triángulo, que es un mínimo de tres Maestros Masones que empiezan a darle ingreso a gente de la zona, a reconstruir sus archivos, buscar una sede y a partir de ahí se convierte en Logia. Estamos en ese camino, de reconstrucción de la zona Oeste del gran Buenos Aires”.

¿Cómo se ingresa? Históricamente se hacía por recomendación o por contactos con otros masones. Sin embargo, en los últimos años se han modernizado: “Tenemos métodos electrónicos, se puede escribir a través de la página web, nuestras redes sociales, canales de Youtube, TikTok, etc. Estamos trabajando fuertemente en una política de apertura”, explicó el Gran Maestre.

La Masonería Argentina fue fundada el 11 de diciembre de 1857 y forma parte de una organización global de logias que funcionan de manera independiente, pero que mantienen una unidad con la Confederación Masónica Interamericana -una institución regional- y otras entidades como la Gran Logia Unida de Inglaterra, el epicentro de la masonería. 

“Es una sociedad filosófica, filantrópica, laica y progresista -explicó Lázaro-. Laica en el más amplio de los sentidos porque necesitamos que haya personas que piensen absolutamente distinto. Desde el punto de vista político, que haya peronistas, radicales, socialistas, apartidarios, apolíticos. Desde lo religioso, católicos, judíos, musulmanes, ateos, agnósticos… porque lo que buscamos representar dentro de la unidad mínima de trabajo, que es la Logia, es que estén todas lo que llamamos internamente ‘aventuras del espíritu’. Tratado un tema, uno pueda tener la visión, el aporte, el acuerdo de estas personas que representan en definitiva a la sociedad”.

Las huellas de la masonería se observan “en la creación del Club River Plate con su camiseta roja y blanca, en el Partido Radical, el Socialismo, el desarrollo de los trenes o de ciudades. La Masonería forma parte de nuestro ADN como argentinos y entendemos que no tenemos nada que esconder sino, por el contrario, mucho que aportar”, afirmó Lázaro. Además, la calificó como una “institución discreta, es decir, que no busca la publicidad sino hacer el bien directamente”. A lo largo de la historia, hubo 14 presidentes que pertenecieron a la Masonería. El último de ellos, Raúl Alfonsín.