Comenzó el juicio al escribano descuartizador

Ricardo Baladía está acusado del homicidio de un hombre que trabajaba como jardinero, al cual desmembró y arrojó al río Luján. Fueron citados 25 testigos. El crimen sucedió en mayo de 2020.

Este miércoles, Ricardo Ignacio Baladía se sentó en el banquillo de los acusados ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Mercedes, conformado por los doctores Ignacio Racca, Daniel Eugenio Machain y Pablo Vieyro.

Baladía está imputado por "homicidio" ya que el descuartizamiento de la víctima como agravante no cuenta. En principio, están previstas dos jornadas de audiencia de debates y hay citados 25 testigos. Preso en el penal de Olmos, la pena en expectativa que le espera va de 8 a 25 años de prisión.

La primera jornada se inició alrededor de las 11 horas. En primer lugar, se dieron los lineamientos donde las partes expusieron lo que se pretenderá demostrar en las jornadas del debate.

Recordemos que Ricardo Baladía fue sorprendido por la Policía Bonaerense a mediados de mayo de 2020 en plena pandemia, cuando intentaba deshacerse del cadáver desmembrado de su jardinero en el río Luján. El hecho fue particularmente macabro, sangrientos y horroroso.

El escribano, de 56 años en aquel entonces, fue descubierto en el momento en que descartaba un cuerpo mutilado arrojándolo al agua, a la altura del ex Recreo El Colonial.

En el lugar, había manchas de sangre esparcidas en el suelo, partes de masa encefálica y una valija con los restos descuartizados de un ser humano. Los efectivos policiales hallaron el torso del cadáver. La cabeza, destruida a golpes, flotaba en el agua. A pesar de la restricción para transitar, Baladía había llegado hasta allí con su BMW modelo ‘98. Dentro del vehículo se encontró un DNI que sirvió para identificar a la víctima, llamada Miguel Alejandro Pereyra, un jardinero de 42 años cuya casa se situaba en Castelar, a 14 cuadras del domicilio familiar de los Baladía en Morón.

Luego, se descubrió que Pereyra trabajaba para su asesino. Tras ser sorprendido, el acusado primero aseguró que estaba desorientado, perdido, bajo tratamiento psiquiátrico.

Pero después contó una historia a los policías, algo que finalmente no validó en su indagatoria: dijo que su víctima había entrado a robarle al estudio que tenía en Morón, que le disparó para defenderse y que luego desmembró el cuerpo.

El resultado de la autopsia, sin embargo, derrumbó la coartada del escribano. El informe preliminar determinó que la víctima no murió por un disparo, sino por una puñalada de un cuchillo de filo único que afectó el corazón y los vasos vitales.

Posteriormente, el cuerpo fue desmembrado con un objeto similar a un hacha, o una sierra, de acuerdo al tipo de cortes, laceraciones encontradas.

Fuentes judiciales comentaron que los forenses le dijeron a la fiscal tras la autopsia que les había llamado la atención la cantidad de lesiones post mortem detectadas y consideraron el hecho como una obra "morbosa", que demostraba "odio" y que era producto de "una mente perturbada".

La Escribanía del imputado, ubicada en la calle Almirante Brown 1085, fue la escena primaria del crimen. En el allanamiento al lugar se encontraron manchas de sangre y se secuestraron vainas servidas, un cuchillo y una hidrolavadora.

La Dra. Chapuis indicó que le imputará el delito de "Homicidio simple" en calidad de autor. Por su parte, el particular damnificado adhirió a la propuesta de la fiscal, mientras que la defensa señaló que la conducta de su defendido se encuentra amparada dentro de la no imputabilidad.

Tras ello, se escucharon a siete testigos y otras pruebas fueron incorporadas por lectura. El debate continuará el próximo viernes 26 del corriente.