Al menos, cuatro hechos delictivos ocurrieron en un mes en campos ubicados en el Cuartel IV, cerca del complejo industrial CCU Argentina.
Los caminos de tierra que serpentean entre sembrados y alambrados en el extremo norte del Partido de Luján se han convertido, en el último mes, en escenarios de una preocupante sucesión de asaltos.
Las víctimas son familias que viven en campos ubicados casi en el límite con los Partidos de General Rodríguez y Pilar. La zona, conocida como Cuartel IV, está bajo la jurisdicción del Destacamento Pueblo Nuevo-Cuartel IV, más conocido como “Brahma” por su cercanía con el complejo industrial de Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) Argentina
En el último año y medio se registraron al menos ocho robos bajo una modalidad que, en los últimos 30 días, se intensificó de manera alarmante: cuatro asaltos en un mes, a razón de uno por semana.
Según testimonios de las víctimas, los delincuentes actúan en banda —entre cuatro y seis sujetos—, todos vestidos de negro, encapuchados y con guantes.
Llevan armas de fuego y se desplazan a pie campo traviesa, ocultándose entre la vegetación o en senderos internos de los establecimientos hasta que identifican a su víctima.
“Siempre esperan que la persona salga de la casa por alguna razón. En ese momento la sorprenden, le ponen el arma en la cabeza, la reducen y la llevan al interior de la vivienda. Ahí comienza el saqueo”, contó una de las personas que fue asaltada recientemente.
El último hecho ocurrió el pasado viernes 2 de mayo a las 19 horas. En este caso, los ladrones llegaron en un automóvil que ocultaron entre un sembrado de soja, cruzaron el campo a pie, irrumpieron en la propiedad, cometieron el robo y regresaron por el mismo camino para huir en el vehículo.
Esta es una mecánica que se repite: tras cometer los asaltos, los delincuentes se alejan en el auto de las víctimas, que luego suele aparecer abandonado en caminos vecinales cercanos a la Autovía 6.
Aunque en la actual oleada delictiva no se registraron agresiones físicas, el temor crece. “No creo que esto se pueda frenar porque están muy cebados y no les pasa nada”, lamentó una mujer que fue sorprendida a las 20.30 en su chacra, mientras caía la noche. “La primera oscuridad es cuando hay mayor riesgo”, advirtió.
Distintas víctimas coinciden en que los asaltantes conocen la zona. En algunos casos parece que cuentan con datos certeros o que han hecho tareas de inteligencia previa.
“La ola de delincuencia es grande porque está pasando un hecho por semana”, resumió otro damnificado. Los campos atacados están todos ubicados en un radio estrecho, separados apenas por alambrados.
En todos los casos, los asaltos ocurrieron al anochecer, entre las 18.30 y las 22 horas, lo que refuerza la sospecha de planificación.
Quienes sufrieron los hechos también aseguran que hay un cabecilla claro en la banda, un líder que da las órdenes mientras el resto ejecuta las acciones con precisión.
Buscan principalmente dinero, aunque se apoderan de todos lo que consideren de valor: desde joyas hasta armas o desde electrodomésticos hasta alimentos.
Un año y medio atrás, tres hechos similares sacudieron a la zona. En esos episodios, los delincuentes actuaron con extrema violencia: golpearon a personas mayores y dejaron un tendal de miedo.
Aunque los últimos casos no fueron violentos —quizás por la nula resistencia de las víctimas—, la tensión y la sensación de desprotección son cada vez más profundas.
El fenómeno no se limita a la zona norte del distrito. La inseguridad rural afecta a otros cuarteles. Esta semana, más precisamente en la madrugada del lunes, delincuentes robaron un tractor en el campo “La Paterna”, a solo un kilómetro de la localidad de Torres.
En la zona sur, a la vera de la Ruta Provincial 47, también se registraron varios hechos delictivos en las últimas semanas. A esto se suma un episodio reciente que guarda similitudes llamativas con los robos del Cuartel IV.
Ocurrió en el establecimiento rural “Las Acacias”, ubicado en un camino que conecta la Autovía 6 con la vieja estación Etchegoyen del Ferrocarril Urquiza.
En ese hecho, al menos cuatro delincuentes —también encapuchados y armados— redujeron a la familia y se llevaron dinero y objetos de valor. La noticia fue dada a conocer en EL CIVISMO hace unos días.
La Policía del Destacamento conocido como Brahma y la Policía Rural trabajan para resolver y esclarecer los casos, pero hasta ahora no hay detenidos ni sospechosos identificados.