Llevaron a cabo una serie de actos protocolares en el Cuartel Central, Cementerio Municipal y en el boulevar de avenida Humberto y Mitre, donde están los monumentos que los recuerdan.
Este 2 de junio, como cada año, los Bomberos Voluntarios de Luján celebraron su día con una serie de actos cargados de emoción, reconocimiento y memoria.
En el Día del Bombero Voluntario Argentino, los hombres y mujeres que integran una de las instituciones más queridas de la ciudad fueron homenajeados por su entrega y vocación de servicio.
La jornada comenzó temprano, a las 9:30 de la mañana, con el izamiento del pabellón nacional en la puerta del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Luján.
En ese gesto simbólico, los servidores públicos reafirmaron su compromiso con la comunidad, rodeados de familiares, vecinos y representantes de distintas instituciones locales.
A las 10:30, la actividad se trasladó al boulevard de avenida Humberto I y calle Mitre, donde se encuentran el Monumento al Bombero Voluntario y el monumento al comandante general René Goenaga, una figura emblemática para el cuartel lujanense.
Allí se colocaron ofrendas florales y se pronunciaron emotivos discursos en los que se destacó la noble labor de los bomberos voluntarios, verdaderos héroes cotidianos que encarnan los valores de la solidaridad, el coraje y la entrega.
La Banda de Música “9 de Julio” acompañó la ceremonia con sus clásicas marchas, en una mañana templada y serena que sirvió de marco para la conmemoración.
Las melodías marcaron el pulso de un homenaje que, lejos de ser protocolar, estuvo cargado de afecto genuino hacia quienes, de manera desinteresada, arriesgan sus vidas por la seguridad del prójimo.
Más tarde, los bomberos se dirigieron al Cementerio Municipal, donde realizaron su tradicional homenaje a los camaradas fallecidos. Fue un momento de profundo recogimiento, en el que se recordaron los nombres y la entrega de quienes alguna vez formaron parte del Cuerpo y ya no están físicamente, pero cuya memoria sigue viva en cada salida, en cada sirena y en cada acto de servicio.
Como ocurre cada 2 de junio, cerca del mediodía las distintas unidades móviles realizaron la tradicional vuelta por las calles céntricas, haciendo sonar las sirenas mientras los vecinos los saludaban con aplausos desde las veredas.
El recorrido por Mitre y San Martín se transformó una vez más en una celebración popular que puso en valor el lazo afectivo entre la comunidad y sus bomberos.
En los días previos, desde la institución se había invitado a la comunidad a decorar los frentes de casas y comercios con globos, moños y cintas de color rojo, en señal de reconocimiento y gratitud.
Sin embargo, a diferencia de otros años, fueron menos los espacios que se sumaron a la propuesta. Aun así, los gestos de apoyo y cariño se hicieron sentir a lo largo de toda la jornada.
La elección del 2 de junio como Día del Bombero Voluntario en Argentina remite a un hecho fundacional: ese mismo día, pero en 1884, se creó el primer cuerpo de bomberos voluntarios del país, en el barrio porteño de La Boca.
Fue tras un incendio que puso en riesgo a todo el vecindario, ante el cual un grupo de vecinos decidió organizarse para combatir el fuego. Entre ellos se destacó Tomás Liberti, inmigrante italiano que, junto a su hijo y otros vecinos, fundó el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de La Boca, el primero de su tipo en toda América Latina.
Ese acto de valentía y solidaridad sentó las bases del sistema de bomberos voluntarios en el país, que hoy cuenta con más de 43.000 hombres y mujeres organizados en cientos de cuarteles a lo largo del territorio nacional.
Cada 2 de junio se honra ese origen y se reconoce el trabajo incansable de quienes integran esta red de protección civil, tan esencial frente a incendios, inundaciones, accidentes, rescates y todo tipo de emergencias.
En Luján, la historia también tiene raíces profundas. El Cuerpo de Bomberos Voluntarios local fue fundado el 9 de julio de 1956 y debutó públicamente ese mismo día, al participar del desfile por el Día de la Independencia.
La creación del Cuartel fue el resultado del esfuerzo de vecinos comprometidos que, ante la ausencia de un servicio de bomberos en la ciudad, decidieron organizarse. Antes de su presentación oficial, se había conformado un grupo inicial de 25 voluntarios bajo la dirección del jefe provisional Enrique Miguel Otero.
Con ingenio y dedicación, trabajaron en la construcción de un camión tanque-autobomba y en la obtención del equipamiento necesario. Desde entonces, los Bomberos Voluntarios de Luján no pararon de crecer a la par de la ciudad y son protagonistas en la atención de emergencias y en la defensa de la vida y los bienes de la comunidad a diario.
Ser bombero voluntario no es un oficio: es una forma de vivir con entrega, un sentimiento que se lleva en la piel. Y eso, en Luján, se celebra y se agradece.