La localidad fue la zona más afectada durante la crecida registrada hace dos semanas, con varias personas evacuadas. Los trabajos se encontraban bloqueados por varios propietarios que se oponían al ingreso de las máquinas. Sin embargo, la Provincia logró destrabar la situación.
Mientras en el casco urbano y la cuenca baja la obra del río Luján reflejó su efectividad, la última tormenta con lluvias intensas (con un promedio entre 180 y 200 milímetros en aproximadamente 48 horas) también expuso todavía la vulnerabilidad de la localidad de Olivera, donde hubo varios evacuados y algunos autoevacuados.
Aunque la situación estuvo lejos de las últimas grandes inundaciones, el riesgo latente abrió un signo de alerta principalmente por la saturación de los suelos ante la acumulación de precipitaciones. Por caso, ante las lluvias de la semana pasada (lunes y martes), el río volvió a subir con fuerza.
La situación en la localidad ubicada en el límite con el Partido de Mercedes responde a que todavía no se iniciaron los trabajos de readecuación para mitigar las crecidas. Así lo han expuesto funcionarios municipales en los últimos días en declaraciones públicas.
Según las proyecciones de la Provincia, las obras allí deberían estar -al menos- iniciadas. Sin embargo, la oposición de algunos propietarios de campos entre Jáuregui y Olivera al ingreso de las máquinas, tal como había alertado en marzo del año pasado EL CIVISMO, demoró los trabajos.
Este tramo de la denominada “Mejoramiento del Tramo Medio del Río Luján - Etapa II-B” había sido adjudicado por el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires en julio de 2022.
Con una inversión superior a los 500 millones de pesos, consiste en la adecuación de la sección transversal del cauce actual sobre una extensión de 5,3 kilómetros, con el objetivo de ampliar la capacidad de escurrimiento del río. A pesar de que el obrador se encuentra montado desde fines del año pasado, con máquinas en guarda, los trabajos todavía no comenzaron.
Uno de los argumentos al rechazo de los trabajos apuntaba al impacto ambiental, mientras que extraoficialmente aparecía otra razón de peso: la apertura de un corredor verde a lo largo del río que les podría generar la presencia de personas “indeseables” en las inmediaciones de sus propiedades, hoy resguardadas por la imposibilidad de acceso terrestre.
Según la documentación oficial, en octubre del 2023 la Dirección Provincial de Hidráulica de la Provincia de Buenos Aires procedió a notificar, vía edicto, a los propietarios alcanzados por la obra de “Mejoramiento del tramo medio del río Luján”, etapa II-B”. En esa disposición se informaba el marco normativo que establece la necesidad de realizar trabajos de relevamiento de la traza del río, como paso previo para confeccionar el Proyecto Ejecutivo y los Planos de Mensura de las labores correspondientes al Partido de Luján.
La aplicación de esta disposición responde al concepto de “restricción administrativa a la propiedad” (en este caso de las propiedades alcanzadas por las obras), es decir, una limitación al dominio, afectando el carácter absoluto de la propiedad, amparada en un interés público que predomina sobre consideraciones privadas.
En ese sentido, el edicto dejaba en claro que “la restricción administrativa señalada obliga a los propietarios, tenedores y ocupantes de los predios sobre los que recae la misma, a permitir la realización de las obras y trabajos de limpieza, profundización o ensanche de los cursos de agua que atraviesan su propiedad, no pudiendo oponerse al acceso del personal y maquinarias necesarias para tal fin”, argumentaba en función del artículo 4 del decreto 9524.
Siempre en referencia a los propietarios se indicaba que “no podrán oponerse al ingreso del personal y maquinaria a su propiedad, ni impedir de cualquier manera la realización de los daños que se les ocasione en mejoras o cultivos como consecuencia directa de la ejecución de los trabajos”. Finalmente se habilitaba “el auxilio de la fuerza pública para el caso de oposición de los propietarios, ocupantes o tenedores de los inmuebles”.
A comienzos de febrero del año, la firma que debe realizar estos trabajos comunicó a Provincia “la negativa de varios frentistas de autorizar el ingreso a los inmuebles, imposibilitando el relevamiento de la traza, la confección del proyecto ejecutivo y los planos de mensura necesario para ejecutar la obra”.
Finalmente, los técnicos pudieron hacer el relevamiento con el respaldo de efectivos policiales, aunque en este caso no hubo resistencias.
Estas mediciones eran el paso previo para la elaboración del proyecto ejecutivo, que demandaría aproximadamente un mes. “Una vez que esté el proyecto ejecutivo empieza la obra”, había detallado una fuente vinculada a los trabajos de la cuenca.
De todas formas, según pudo saber EL CIVISMO, algunos vecinos ya firmaron el acuerdo para el inicio de los trabajos, que se activarían en los próximos días a la altura de Olivera. Con este movimiento, esperan que el resto de los propietarios adopten la misma decisión.
SOLO EL PUENTE
El puntapié inicial del Plan Integral de Obras de la Cuenca del Río Luján fue justamente en Olivera, con el recambio del puente que conecta esa localidad con Goldney en Mercedes.
El nuevo paso, que se inició en 2020 y fue inaugurado un año y medio después, reemplazó a una estructura anterior que funcionaba como un "embudo" durante las crecidas, provocando inundaciones en la zona de Olivera.
La nueva construcción tiene una longitud de 61,5 metros (frente a los 36 metros del puente anterior) y un ancho de siete metros. Estas mejoras permiten un escurrimiento más eficiente del agua, mejorando significativamente el paso del agua.