Mató a un perro y lo juzgan solo por "daño"

Comenzó a ser juzgado un hombre de 33 años al que le incautaron un arsenal tras haber asesinado al animal por haber ingresado a su campo. El hecho ocurrió en septiembre de 2022. Este jueves se conocerá la sentencia.

En el Juzgado en lo Correccional 1 de Mercedes comenzó el pasado martes 27 de mayo el juicio oral contra Martín Jesús Bori, un vecino de la localidad de Olivera, de 33 años, acusado de matar de un escopetazo a “Billy”, un perro mestizo de apenas tres años.

El hecho ocurrió en septiembre de 2022, cuando el animal se escapó de un complejo de cabañas y cruzó a un campo lindero donde recibió al menos un disparo letal. La querella considera que la causa fue mal calificada y que el imputado debería recibir una pena mucho mayor.

"Billy" no era solo una mascota. Era el compañero inseparable de Adriana, una abogada que vive en el barrio porteño de Villa Urquiza y solía pasar sus fines de semana en el complejo “Don Carlos”, ubicado sobre la Colectora Sur de la Autovía 5, a la altura del kilómetro 82,500.

Allí llevaba a sus perros y caballos a disfrutar del aire libre. La mañana de aquel domingo, mientras recibía visitas, "Billy" salió corriendo de la cabaña y nunca volvió. “Mis perros son como los hijos que no tuve. Billy era un cachorro de 3 años. Era hijo de mi otra perra Mora, que adopté hace 8 años”, contó Adriana en diálogo con TN.

Tras notar que "Billy" no regresaba, comenzó a buscarlo por el predio y recibió un dato inquietante: podría haberse ido al campo vecino, donde solía haber restos de animales muertos. Y allí, entre cadáveres de vacas en descomposición, encontró a su perro tirado, ensangrentado y sin vida.

Un examen veterinario posterior reveló que había sido acribillado tras recibir un disparo de escopeta en la zona abdominal, con al menos 14 perdigones alojados en órganos vitales como el corazón y los pulmones.

La investigación avanzó rápidamente. El jefe del Destacamento de Olivera y el responsable de la Comisaría Luján Segunda obtuvieron testimonios que señalaban a Martín Jesús Bori, propietario del campo lindante, como autor del ataque.

Con esa información, la Fiscalía 10 solicitó un allanamiento que se concretó en el domicilio de Bori, ubicado en Colectora Sur y Mariquita Thompson.

El operativo fue llevado a cabo por el Grupo GAD, que logró aprehender al acusado y secuestrar un verdadero arsenal compuesto por una escopeta calibre 12 Centauro, una carabina semiautomática Halcón MCD73 calibre 22 con mira telescópica y silenciador, una pistola Bersa 9mm, un revólver Colt calibre 38, una escopeta calibre 36, una escopeta doble caño calibre 16 marca Damas y una gran cantidad de cartuchos y municiones.

En ese momento, Bori fue imputado por varios delitos: “daño”, “tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil” y “tenencia ilegal de arma de guerra”, figuras que, combinadas, prevén penas de entre 4 y 10 años de prisión.

Sin embargo, a pesar de la gravedad del arsenal hallado y del uso de un arma para ultimar a "Billy", la Cámara terminó por sobreseerlo respecto a las imputaciones por tenencia ilegal. Solo quedó vigente la acusación por “daño”, en referencia a la muerte del animal.

Bori fue liberado apenas 12 horas después de haber sido detenido. La Justicia consideró que, al no contar con antecedentes penales y por ser padre de familia, no existían riesgos procesales para que esperara el juicio en libertad.

En el juicio oral ya declararon los testigos propuestos tanto por la Fiscalía como por la querella y la defensa. El martes de la semana pasada se escucharon tres testimonios más y el debate entró en su etapa final, con los alegatos de las partes.

La Fiscalía solicitó una pena de tres meses de prisión en suspenso más dos años de cumplimiento de reglas de conducta. La querella, por su parte, pidió un año de prisión en suspenso más el mismo plazo de reglas de conducta, pero dejó en claro su disconformidad con la calificación legal.

“Debió aplicarse también el artículo 3° de la Ley 14.346 contra el maltrato animal, la conocida Ley Sarmiento. También se podría haber imputado abuso de arma”, cuestionaron desde la parte acusatoria. Para la querella, la acusación quedó demasiado reducida y no refleja la violencia del hecho.

La muerte de "Billy" no fue accidental, ni producto de un exceso. Fue un acto voluntario, realizado con un arma de fuego, en un contexto de reiteradas amenazas previas a vecinos cuyos perros ingresaban ocasionalmente al campo de Bori.

Testimonios recolectados en la causa dan cuenta de que el acusado ya había mostrado hostilidad hacia animales que cruzaban los límites de su propiedad.

La sentencia será leída este jueves 12 de junio a las 11 de la mañana. Hasta entonces, las expectativas de quienes la acompañan en esta lucha son moderadas. Se espera que, al menos, haya una condena y que se reconozca que lo que hizo Bori está mal y no puede quedar impune.

Mientras tanto, el debate vuelve a instalarse: ¿Cuánto vale la vida de un animal ante la ley? ¿Por qué en tantos casos el maltrato animal no se castiga con la severidad que corresponde?

El caso de "Billy" reaviva esas preguntas. Y la respuesta de la Justicia, el próximo jueves, será clave para definir si se avanza o se retrocede en la protección de los animales en Argentina.