En el Día de Padre, vaya el reconocimiento para aquellos que siguen el camino de su progenitor y en el deporte hay y habrá a quienes referirse. Luis María y Ezequiel Nicosia son una clara muestra de una misma pasión.
"Niño deja ya de joder con la pelota" dice en una de sus partes la canción de Joan Manuel Serrat que da cuenta en su estribillo que "a menudo los hijos se nos parecen y así nos dan la primera satisfacción".
Para Luis María Nicosia seguramente ver a uno de sus hijos siguiendo el mismo camino en el fútbol le despierte un orgullo y admiración difícil de explicar.
La historia de "Niquito" en el fútbol tiempo atrás se remonta a sus comienzos como entrenador de las Divisiones Inferiores del Club Luján donde logró el campeonato con la Séptima División del Lujanero.
se fue el trampolín de una exitosa carrera como entrenador con pasos por la Selección de Fútbol Femenino de AFA y varios clubes del Ascenso como Villa Dalmine, El Porvenir, Sacachispas, Villa San Carlos, Defensores de Belgrano, Excursionistas y Luján, entre otros.
Ezequiel Nicosia vivió toda esa etapa desde adentro siendo apenas un niño y luego adolescente. Muchas veces acompañó a su papá al trabajo y con una pelota bajo el brazo comenzó a amar y gustarle la profesión.
También aprendió a convivir con los sinsabores que trae la labor de DT y a pesar de que cuando era chico no los entendía, con el paso del tiempo logró hacerlo.
Ezequiel considera a su padre como un referente en quien reflejarse, sus ganas y su sapiencia en el fútbol con las vivencias de un aprendizaje en vivo y en directo.
Aunque tienen carácteres distintos, el fútbol siempre termina por unirlos aún más. Cabe destacar que Nicosia hijo, si bien inició sus estudios como kinesiólogo, finalmente se perfeccionó como entrenador en España y además de colaborador de su padre en la Selección de Fútbol Femenino de AFA fue también analista de video de Gustavo Alfaro en Gimnasia y Esgrima de la Plata.
En nuestra ciudad comenzó el las inferiores del Lujanero y hoy forma parte del cuerpo técnico de Santiago Fredes. De tal palo tal astilla.