Otro comercio fue blanco de la banda desbaratada

Tras los casos de los negocios desvalijados durante las madrugadas del 9 y 23 de junio, se conoció otro hecho similar ocurrido dos meses antes.

Precisión quirúrgica en otro hecho que hasta el momento no había trascendido mediáticamente. Se trata de un robo cometido en el centro de distribución oficial de Saphirus que en Luján está a cargo de la firma “VIDAH Aromas”. Si bien hasta ahora no había tomado estado público, fue —en orden cronológico— el primero de esta saga de ilícitos.

Ubicado en San Martín 1672, entre Dean Funes y Belgrano, el comercio fue blanco de un robo durante la madrugada del lunes 21 de abril, exactamente en la misma franja horaria y modalidad que los hechos ocurridos semanas después en la bicicletería y el local de ropa.

Los delincuentes actuaron con un nivel de precisión que hace pensar en un golpe cuidadosamente planeado. “Realmente fue fatal”, definió Paula Bava, titular del comercio, al recordar el momento en que tomó conocimiento del robo.

Los delincuentes ingresaron alrededor de las 2.30 de la madrugada tras cortar el suministro eléctrico y desactivar el sistema de cámaras y alarmas. Para lograrlo, realizaron un agujero en la chapa exterior justo en el sector donde se encontraba la central de monitoreo.

Una vez dentro, cortaron cables, pintaron con aerosol negro varias cámaras y se llevaron el DVR que almacenaba las imágenes, además de extraer incluso la tarjeta de memoria de un domo de vigilancia. Nada quedó librado al azar.

Ya en el interior, forzaron puertas y ventanas para acceder a distintos sectores del local. Robaron dinero de la recaudación y comenzaron a juntar mercadería —fragancias, aromatizantes y productos de valor— en el garaje, aparentemente con la intención de cargarla más tarde en un vehículo. Sin embargo, abandonaron gran parte del botín preparado y sólo lograron huir con la plata que encontraron.

Una cámara de seguridad cercana registró a uno de los delincuentes saliendo del local con un bolso. Eso fue alrededor de las 3.30. Ese registro ya fue incorporado a la causa y está en poder de la Policía.

Según sospecha la propia víctima, esa persona podría ser uno de los mismos autores materiales de los posteriores robos a “El Garage Bikes” y “Mantra”.

Cerca de las 4.30, según pudo reconstruir Paula, arribó a la zona un utilitario blanco —posiblemente una Fiat modelo Ducato— con el objetivo de cargar los productos que habían sido acopiados. Sin embargo, la creciente circulación de vehículos y vecinos a esa hora habría frustrado el plan, obligando a los ladrones a retirarse del lugar.

Un dato que refuerza la hipótesis de un accionar profesional es el modo en que camuflaron el vehículo de apoyo. Según pudo saberse, la Ducato había sido vista saliendo de Luján con patentes robadas en Ituzaingó, las cuales fueron posteriormente devueltas en un domicilio de esa ciudad del Conurbano.

La maniobra buscaba, claramente, dificultar cualquier rastreo posterior. “Fue un golpe comando”, concluyó Paula, y no dudó en afirmar que su comercio había sido previamente marcado por los ladrones. La precisión, la logística y el modus operandi dan cuenta de un accionar organizado, que nada tiene que ver con un robo al voleo.

La inclusión de este nuevo caso en la investigación podría ser clave para terminar de cerrar el cerco sobre los sospechosos ya detenidos y vincularlos con el accionar de una banda que operó con total impunidad durante semanas.