La medida se enmarca en el desmantelamiento del INTA AMBA. Desde la Agencia Luján advierten que se verán afectadas las tareas de extensión, capacitación y trabajo territorial con productores, escuelas y municipios.
La decisión del gobierno nacional de cerrar el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) AMBA implicará, entre otras consecuencias, el cese de funcionamiento de la Agencia INTA Luján, cuya sede local dejará de operar en el distrito y cuyos trabajadores serán reubicados en el Instituto de Castelar.
La medida fue confirmada días atrás mediante una resolución interna, que ya generó el rechazo de trabajadores organizados, investigadores y gobiernos locales. En el caso de Luján, la delegación brindaba asistencia técnica y desarrollaba tareas de extensión agropecuaria en el territorio, en articulación con el Municipio, la Universidad Nacional de Luján, escuelas rurales y productores del partido y de la región.
“La consecuencia que va a traer es que nosotros no vamos a poder seguir realizando nuestras líneas de extensión, es decir, de capacitación, de desarrollo de tecnologías a nivel local, junto con productores y también junto con el Municipio”, advirtió Milagros Olleac, directora de la Agencia INTA Luján.
En tal sentido, detalló que “el equipo tiene un convenio con el Municipio mediante el cual participamos de distintas mesas de Desarrollo Productivo. Somos parte del SPG de Luján, que es el Sistema Participativo de Garantías Agroecológico. En este caso, por ejemplo, esa participación se vería afectada”, agregó.
Desde la agencia también formaban parte del Comité de Emergencia Agropecuaria Local y de espacios de coordinación técnica en los partidos de Exaltación de la Cruz y Pilar, que también perderán el soporte territorial del INTA tras el cierre.
“Somos ocho técnicos y técnicas profesionales que nos desempeñamos en distintos rubros: Agronomía, Veterinaria y en el tema del Sistema de Información Geográfica. Tenemos distintas ramas en las que trabajamos, tanto en producción vegetal como en producción animal. Todo eso se vería afectado porque a nosotros nos reubican en teoría. Todavía no tenemos la confirmación, pero nos reubicarían en el Instituto de Castelar, que es un instituto de investigación con el cual nosotros articulamos, obviamente, pero no es que nosotros hacemos investigación neta, pura y básica, sino que hacemos investigación aplicada, localizada. Hacemos una investigación situada y un desarrollo de tecnologías junto con el sector productivo y eso es lo que se vería afectado”, explicó Olleac.
Además del cierre de la sede, el gobierno nacional ya había desmantelado programas emblemáticos del INTA como ProHuerta y Cambio Rural, pilares en la tarea territorial de las agencias locales.
“El gobierno ya había eliminado el programa ProHuerta, que era mediante el cual las agencias de extensión como la de Luján llegábamos a hogares y escuelas con semillas, pollitas y capacitaciones en huerta y producción de huevos familiar. Además dio de baja el programa Cambio Rural, que brindaba asesoramiento e hizo que muchos productores lujanenses hoy hayan conformado asociaciones y cooperativas”, detalló la directora.
Además, remarcó que el INTA Luján trabajaba hasta ahora con convenio “con el Municipio, con la universidad, con la escuela agrotécnica y con productoras y productores de alimentos locales, colaborando a que accedan a mejoras productivas”. Todas estas iniciativas quedaran desarticuladas.
RECLAMO REGIONAL
En el mismo sentido, Anahí Minvielle, integrante del INTA Experimental AMBA -estructura de la que depende Luján- publicó una carta en redes sociales expresando el profundo malestar de los equipos afectados.
“El AMBA sí se cierra. Digámoslo con todas las letras. Se cierra, nos cierran; nos desarman sin mirarnos a la cara, sin darnos ni una sola explicación, sin siquiera darnos la posibilidad de defendernos. No nos preguntan qué hacemos; no quieren saber, no les importa. Sólo quieren borrarnos del mapa, que no se pronuncie más nuestro nombre, porque somos la mancha negra”, expresó.
Y continuó: “Somos el INTA que trabajaba codo a codo con los que menos tienen, con ese productor y productora que vino del interior o de países hermanos, escapando de la miseria, a engordar las grandes urbes, huyendo del hambre y del agronegocio que lo arrinconaba y lo dejaba sin aire y sin posibilidades de progresar. Somos el INTA que repartió semillas en las escuelas y en los barrios y enseñó de nuevo cómo se producía un alimento sano, para que miles de familias tuvieran algo que llevar a la mesa”.
“Somos el INTA que enseñó a producir huevos y pollos con los restos de comida y los residuos de la huerta, reciclando y haciendo un ambiente más sano para todos. Somos el INTA que mostró que no era necesario utilizar productos tóxicos para tener buenos rendimientos y que se puso al hombro la transición de los sistemas productivos intensivos, aportando con conocimiento y haciéndolo más sustentable y agroecológico”, subrayó Minvielle en su carta.
Y concluyó: “Somos un equipo enorme, diverso, heterogéneo, de muchas profesiones y capacidades, distribuidos por todo el territorio del AMBA. Asistimos al cordón verde hortícola y florícola más importante del país, donde habitan la mayor cantidad de argentinos y argentinas. Y, sin embargo, hoy nos cierran; y se siente como un puñal, que no mata, pero que hiere profundo. Duele en los huesos y en el alma, y el puño se te aprieta de la bronca que te queda atravesada en la garganta, y el grito que no puede salir. Pero sí salen las lágrimas de a montones, brotan libres, descontroladas, furiosas, inquietas, buscando una respuesta”.
Por su parte, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) prepara una denuncia judicial al considerar que la resolución de cierre carece de legalidad, ya que no fue comunicada con los debidos procedimientos administrativos.